Dos “modelos” de policías

Cuando la oficial principal Stella Maris Correa Murúa no está al frente del Comando Radioeléctrico de Villa Mercedes se pone delante de la cámara. Cuando no está en las calles, enfrentando al delito, está en su casa o en donde le indique su fotógrafo, entregándose a los flashes.

En su cuenta de Facebook abundan fotografías en las que “La Carlitos”, como la llaman cariñosamente sus camaradas, posa sin miedo. En algunas, se la ve pensativa, mirando hacia el horizonte. En otras tantas muestra orgullosa los tatuajes en sus brazos y su espalda. Y, en otras, más subidas de tono, enseña su poderosa retaguardia, apenas cubierta con una traslúcida camisa tejida.

Pero esta semana dejó de lado esas producciones caseras que, si bien le han servido para despertar algún suspiro, y quizás alguna pizca de envidia, no tienen la calidad de una sesión fotográfica, y se puso en manos de un profesional. El elegido fue César Orozco.

El lugar escogido para la producción fue, al parecer, el de una fábrica abandonada. Allí la oficial principal, con 16 años de experiencia en la Policía de la Provincia, se calzó un traje digno del personaje que alguna vez encarnó Angelina Jolie en “Tomb Raider”. Musculosa negra, calza engomada, tapado de cuero y botas a tono. En los hombros le colgaban unas correas que se ensamblaban a una cangurera en su cintura. En una de las tiras, simulaba llevar balas y, en la otra, un handy.

Las armas de fuego que usó para la sesión son juguetes, porque no podría utilizar la pistola reglamentaria para algo semejante.

“Chocolino” Gómez es otro de los “modelos” policía que hace un culto de su cuerpo. Un observador de la fuerza confió que trabaja en la ciudad de San Luis. Con ese apodo se presenta en su cuenta de Facebook donde ha levantado suspiros no sólo en la fuerza de seguridad. Ya se escuchan voces que cantan: "Arrésteme sargento y póngame cadenas".