Primero está el decoro

Ni la oficial principal Maris Stella Correa Murúa ni el efectivo Gastón “Chocolino” Gómez creyeron que estaban faltando a su deber cuando posaron sin pudor ni temor ante los fotógrafos. Ella, ruda pero sexy, a lo Angelina Jolie. Él, a lo galán, al estilo “Pasión de gavilanes”.

Pero luego de que sus producciones fotográficas se difundieran en las redes sociales y los medios, sus jefes les recordaron que el reglamento es muy claro: existen ciertas cosas que no pueden hacer en la vida privada si éstas manchan la imagen y el decoro de la institución. Por eso, ambos fueron pasados a disponibilidad.

Permanecerán así mientras les inician un sumario y tratan de establecer, por ejemplo, si las pistolas que la jefa del Comando Radioeléctrico usó en la sesión fotográfica son las que la Fuerza le proveyó para hacer su trabajo de servidora pública. En esas y otras imágenes que la oficial principal subió a su Facebook, también mostraba sin miedo los tatuajes en sus brazos y su espalda.

El comisario mayor Oscar Contrera, jefe de la Regional II, dijo: “Todos sabemos que en el ingreso a la Escuela Superior de Policía uno de los requisitos es no tener tatuajes a la vista”.

“Por su condición de policía, entendemos que tienen que mantener el decoro tanto en la vida privada como en la faz laboral”, añadió el comisario general Víctor Vicente Videla, interventor de la Unidad Regional II. “Desde mi punto de vista, no lo veo mal, pero el reglamento habla del decoro que se debe guardar y nos tenemos que ajustar a ello”, opinó, por su parte, el comisario general Juan Claudio Latini, subjefe de la Policía. Los usuarios de las redes sociales dejaron en claro, en cambio, que tanto Correa Murúa como “Chocolino” no sólo velan por su seguridad, sino que también les alegran la vista y hasta el día.