Newbery debutó con un tropezón

Jorge Newbery perdió en su estreno en el Federal B, 2-0 ante Huracán de San Rafael, como visitante, y todas las miradas apuntaron al árbitro Matías Ferreyra.
En el inicio de la Zona B, Región Cuyo, el “Pitojuán” lamentó el penal que terminó en el 1-0, por supuesta “camiseteada” de Alan González a Juan Carlos Ferreyra, que el propio Ferreyra cambió por gol a los 45 minutos de la primera parte.
Y estalló cuando el asistente vio off side de González, antes de los 10’ del complemento: el marcador central, de cabeza, había resuelto un tiro libre desde la izquierda que fue a parar al fondo del arco del “Globo”. Hubiese significado el 1-1.
Un rato después de esa acción, a los 14', vino el golpe de nocaut del los sanrafaelinos: córner desde la izquierda y Rodrigo Escandar, libre de marca, puso la cabeza para el 2-0.
Antes de las situaciones que marcaron el desenlace del juego, hubo un partido equilibrado, en el que Newbery se mostró ordenado en defensa aunque previsible buscando la velocidad de Miguel Rosón.
La más clara del “aurinegro” fue a los 32’ cuando "Pequi" Núñez habilitó entre líneas a Martín Álvarez, quien remató cruzado y la pelota dio en el parante, bailó en el área chica y no tuvo destinatario.
Huracán intentó usar todo el ancho del campo pero no logró prevalecer, hasta que llegó la jugada del penal.
En el segundo tiempo el local (anfitrión en la casa de su archirrival Pedal) mejoró mucho, pero el gol del empate de Newbery (anulado por supuesta posición prohibida) podría haber cambiado la historia.
Tras el 2-0 Gerardo Godoy, el “1” de Newbery, le tapó un mano a mano a Cristian Hernández y tuvo más trabajo porque Newbery fue a buscar el partido, se adelantó en el campo y dejó espacios, pero al final sólo regresó a Villa Mercedes enojado con el árbitro y sabiendo que el torneo recién comienza pero no debe perder tiempo ni puntos: de los diez equipos del grupo apenas pasan de ronda los primeros dos.
El próximo fin de semana ante San Martín de Mendoza, en casa, Newbery ya sentirá la obligación de ir por su primera victoria.