Lo condenaron a tres años de cárcel por golpear a su pareja

Ahí estaban, sentados a metros uno del otro, frente al tribunal que tenía la misión de decidir si él, Jesús Eduardo Gómez, debía ser condenado y encerrado por golpearla y lesionarla gravemente a ella, Verónica Beatriz Domínguez, cuando eran pareja, hace cinco años. La denuncia contra él y el tiempo transcurrido los distanció. Ahora están más lejos aún: desde el jueves, Gómez ya no duerme en Justo Daract, el pueblo donde ambos tienen domicilio. La Cámara del Crimen 2 de Villa Mercedes lo condenó, por el voto de la mayoría, a tres años de prisión efectiva, por lo que el hombre de 50 años, que había llegado libre al debate oral, se fue de la sala con las muñecas esposadas, para pasar su primera noche en el Servicio Penitenciario Provincial. 
El ataque ocurrió el Día del Trabajador de 2012. Antes, la pareja, que tenía un bebé de unos ocho meses, había ido a cenar a la casa de los padres de él. Luego, Gómez, que estaba alcoholizado, tuvo un altercado con el maquinista de una locomotora, en la calle. Ya en la casa, él inició una discusión. Gómez tomó a Domínguez de los cabellos, en la vereda, la tiró al piso y la pateó en el abdomen, perforándole el intestino. Un vecino la auxilió. 
“Me siento muy conforme con la sentencia. Se hizo justicia –le dijo la víctima a El Diario–. Estoy muy agradecida al grupo de mujeres que me ha apoyado, quienes también han padecido la violencia de género. Su acompañamiento ha sido muy valioso. Además, le agradezco al fiscal (de Cámara, Rubén Alonso). Siempre confié plenamente en él y en mi abogada”, Jésica Garbero. 
“Golpean a una, nos golpean a todas”, “Todas somos Verónica”, referían los carteles que esas mujeres, que estaban sentadas en los bancos destinados al público, sostenían en sus manos mientras el secretario de la Cámara 2, Héctor Lazzari, leía el pronunciamiento del tribunal presidido por Guillermo Gatica y que completan María Silvia del Castillo de Insúa y Aníbal Astudillo.
En verdad, la abogada querellante había pedido seis años de prisión para Gómez, es decir, el doble de lo que finalmente le dio el tribunal, y un año menos de lo que había requerido, durante su alegato, el representante del Ministerio Público Fiscal. 
Así y todo, Garbero también se siente satisfecha por la decisión de los jueces. “Más allá de la pena que había solicitado, creemos que la condena a tres años de prisión de cumplimiento efectivo es justa. El hecho de que deba ir a la cárcel nos contenta. El mensaje que queremos dejar es que la justicia existe, que si hay más Verónicas en la sociedad, no tengan miedo a denunciar”, expresó Garbero. 
La definición no fue por unanimidad. De hecho, el presidente de la Cámara disintió: dijo que Domínguez debía recibir una pena de un año y ocho meses de prisión. 
De todos modos, salvo por ese aspecto, los tres magistrados opinaron igual respecto a los otros cuatro puntos de análisis. Dijeron que el hecho denunciado estaba probado, como así también que Domínguez era el autor; que correspondía calificarlo como “Lesiones graves”; que la falta de antecedentes del acusado era una circunstancia atenuante y que el modo en que le produjo las heridas a la víctima era un agravante. 
Consultado por El Diario, Ariel Becerra, el defensor de Gómez, indicó que aguardará hasta conocer los fundamentos del fallo. En la antepenúltima audiencia, el abogado había pedido la suspensión del juicio a prueba, es decir, que su cliente no fuera sancionado con años de cárcel, y ofreció, a cambio, que pagara por el delito que cometió abonando cinco mil pesos a la víctima, realizando tareas comunitarias en la comisaría del pueblo y donando un pack de leche por mes a un centro de jubilados de la localidad. Pero el tribunal le dijo “no”.
Durante los alegatos reiteró que, a su entender, la suspensión del juicio a prueba era una forma de sanción más productiva que privar a Gómez de la libertad. Y argumentó que por el estado de embriaguez que el hombre tenía, no sabía lo que hacía, no pudo comprender la criminalidad del hecho. Por eso había pedido que fuera absuelto. 
Becerra refirió que aún debe estudiar si le conviene presentar un recurso de casación, ya que por el monto de la pena, en unos ocho meses ya estaría en condiciones de acceder a la libertad condicional. En cambio, si el abogado presentara el recurso, el trámite retrasaría la obtención de una sentencia firme, con lo cual, es posible que así pase más tiempo detenido que si acepta la condena impuesta.