SAN LUIS - Domingo 12 de Mayo de 2024

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Investigan a "El Chanchito" Giménez

Se trata de un hombre con numerosos antecedentes que esta nuevamente en la mira por haber engañado a dos mujeres para hurtarles dinero. 

Por redacción
| 03 de septiembre de 2017
Archivo

Un hombre que ya tiene múltiples denuncias por aprovecharse de personas, casi siempre ancianas, a las que inspira confianza y engaña para hurtarles dinero, cayó preso otra vez, como sospechoso de haber despojado de quince mil pesos a dos mujeres. En esta ocasión, el investigado, Horacio Giménez, a quien en la Policía identifican con el apodo de “El Chanchito Picarón”, tuvo un poco de suerte. Como no pudieron probar aún que él haya sido el autor del hecho, lo privaron de la libertad sólo por averiguación de antecedentes y medios de vida. Y ayer lo dejaron en libertad.
Los policías de la Comisaría 2ª sostienen que la apariencia física, la edad y otras características del delincuente que burló a las ancianas, el jueves pasado, así como su forma de operar, les indican que se trataría de Giménez, de 54 años, informó el subjefe de la seccional, oficial principal Marcelo Coria.
Ese día, 31 de agosto, dos hermanas de edad avanzada que viven en la calle Obispo Orzali recibieron la visita de un hombre “de entre 50 y 55 años”, que les dijo ser un plomero enviado por una sobrina, para hacer una reparación que ellas necesitaban en la casa. En efecto, necesitaban hacer un arreglo de plomería, así que confiaron y lo dejaron pasar.
Pero el ladrón se encontró con un estorbo. Una empleada, más joven que las dueñas de casa, que podía desbaratar sus planes. Revisó la rotura de la cañería y le pidió que fuera a una ferretería ubicada a seis cuadras, a comprar un caño. Pese a la negativa inicial de la mujer, que adujo que no sabía qué debía comprar, la convenció de salir, después de darle anotado lo que tenía que pedir en el negocio.
A solas con una de las ancianas –la otra estaba en cama–, le aseguró que debía cambiarle la membrana del techo, y le dijo que le diera dos mil pesos para ir a comprarla. Así logró saber que la mujer guardaba sus ahorros en un ropero.   
“Señora, la perra le está rompiendo un caño”, le dijo de pronto. Cuando ella salió, le sacó todo el efectivo que tenía en el mueble. “Aaay, me olvidé de decirle a la chica que me comprara unos tornillos, voy a tener que ir yo”, le dijo de pronto. “Ya vengo”, aseguró. Y salió.
Como no volvía, cuando la empleada regresó, llamaron a la familiar de las ancianas, para preguntarle cómo ubicar al plomero que les había mandado. “Yo no les mandé a nadie, si contrataba a alguien, yo iba a ir con él hasta su casa”, les contestó.
Apenas recibieron la denuncia con la descripción del ladrón y de su “modus operandi”, los investigadores sospecharon de Giménez. El juez Correccional y Contravencional, Marcelo Bustamante Marone, los autorizó a allanar su casa y la de su madre. 
En lo del hombre, en la manzana D del barrio Francisco Cáceres, secuestraron 1.900 pesos. Y otros sesenta mil en lo de su madre, en Ituzaingó al 80, informó Coria. “Pero la señora alega que ese dinero es producto del cobro del alquiler de unas propiedades. Y como es una cantidad mayor a la que les robaron a las víctimas, constatamos la existencia de ese dinero, hicimos un acta, y quedó en poder de la madre del sospechoso”, dijo.
Lo de los 1.900 pesos es raro: estaban escondidos debajo de unas cajas, en el piso de un asador, en el patio de la casa.

 

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