Afirman que hay más casos de menores en situación de riesgo

En  el 2017 la Comisaría del Menor detectó un aumento en sus registros de la cantidad de menores en situación de riesgo, que son aquellos que pasan mucho tiempo sin atención de un adulto o que han sufrido lesiones producidas por malos tratos. Según se informó fueron 320 los casos, mientras que el año pasado habían sido 263, es decir, 57 chicos más se reportaron durante 2017. La jefa de la dependencia policial, Ivana Bustos, explicó que “la mayoría de estas situaciones nos llegan por denuncias de los médicos que los atienden en los hospitales y salas de salud de los distintos barrios, porque por ley están obligados a informar cuando reciben a un menor con lesiones que no están relacionadas con ninguna enfermedad”.

Una vez que los integrantes de la comisaría reciben el dato tienen que informar al Juzgado de turno y asistir hasta el centro de salud con una orden de la jueza de retirar el menor en caso de ser necesario. Además, el médico debe evitar que el chico golpeado vuelva al domicilio con sus padres antes de que lleguen las oficiales. “Nuestra tarea es pedirle a los tutores que expliquen los motivos de esas lesiones y en caso de no ser convincentes, es nuestro deber retirarles al menor y dejarlo en custodia de otro familiar. Y en caso de no ser posible, la jueza puede darle intervención al Programa Familia Solidaria hasta que se aclare la situación”, indicó Bustos. La subcomisario señaló que “en la mayoría de estos casos los chicos tienen menos de seis años y aquellos que tienen más de esa edad suelen llegar por sus medios a informar del hecho a esta dependencia”. 

En cambio, en 2017 descendió la cantidad de denuncias por solicitud de paraderos que fueron 103, cuando en el 2016 se habían registrado 128. De esa cantidad, la mayoría tienen entre 16 y 17 años y en partes iguales son mujeres y varones. Además todos ellos fueron restituidos a sus familias. Los meses con más solicitudes fueron enero (19) y mayo (15).

Los motivos de estas fugas momentáneas son variados, pero a fin de año y en enero, sobre todo, se debe a que se llevan materias a rendir y los chicos les mienten a los padres. Entonces, cuando los adultos los reprenden, toman la decisión de irse de la casa. Otra motivación es porque los padres los tratan con violencia y, en menor medida, porque no aprueban algún noviazgo. Bustos contó que uno de esos casos fue el de una adolescente de 16 años que tenía un novio de 28 y los padres se lo prohibían: “Ahí tuvimos que intervenir y explicarle al muchacho que tomara conciencia de que estaba teniendo una relación con una menor de edad y consensuamos hacer un escrito, presentarlo en el Juzgado donde se informaba de esta situación y así dejar sentado el hecho ante la Justicia”.

Sobre la forma de concretar la huida del domicilio, Bustos detalló que “suelen irse a la casa de algún amigo pero no le dicen a los dueños de esa casa el motivo. Y cuando el caso llega a los medios de comunicación, ahí es cuando podemos actuar y recibimos información de dónde pueden estar”. También dijo que “los adolescentes están muy rebeldes ahora, pero digamos que estamos conformes porque bajó bastante este tipo de denuncias”.

La jefa de la comisaría contó que este año “el caso del asesinato de Florencia Di Marco (12 años) generó que muchos de los chicos que tuvimos que intervenir por diversos motivos se animaron a contar que estaban sufriendo abusos. La gran mayoría eran nenas y algunas de ellas habían pasado años en esa situación y no lo podían expresar. En esos hechos nosotros no tenemos la intervención más importante porque en realidad el delito lo está cometiendo un adulto, entonces hay que dar inmediata intervención a la comisaría de la jurisdicción”. Y explicó que de esos casos tomaron conocimiento porque las psicólogas eran convocadas por otras comisarías para contener a los padres que hacían las denuncias.