25°SAN LUIS - Jueves 18 de Abril de 2024

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La visión que tiene el Gobierno de lo que es el campo

La semana anterior presentábamos la mirada del gobierno nacional a través de su ministro de Agroindustria, Luis Miguel Etchevehere, sobre dos problemas urgentes que atraviesa el sector agropecuario: el efecto del clima en la producción y la actualidad de la lechería.
En esta segunda parte profundizaremos en otros temas de similar relevancia, como son las negociaciones internacionales, la estructura del estado y las leyes que necesita el sector, entre otros puntos. 
    
El peso de la exportación
Después del fracaso que significó para nuestro país la última conferencia ministerial de la Organización Mundial de Comercio (OMC) organizada en la Argentina, el Gobierno trata ahora de impulsar un acuerdo sustancioso entre el Mercosur y la Unión Europea. Por el momento, las negociaciones incluyen muy poco del sector agropecuario y ya se escucharon decenas de voces en contra del acuerdo que se podría concretar en los próximos meses.
En este contexto, Luis Miguel Etchevehere considera que el acuerdo UE-Mercosur, “está muy balanceado”, y que “es un primer paso y le va a dar previsibilidad a muchas actividades productivas de la Argentina, que van poder entrar con arancel cero a un mercado de 500 millones de consumidores”.Además, Etchevehere reconoce que actualmente “no tenemos ningún acuerdo comercial, cuando nuestros competidores tienen un montón”.
De todas maneras, hay que ser justos y destacar que el Gobierno ha realizado un muy buen trabajo en la apertura de mercados agroindustriales. Sin embargo aparecen algunas críticas al respecto, especialmente porque esa apertura de mercados significa que nosotros también le tenemos que comprar al mundo y terminan ingresando algunos productos, como carne de cerdo por ejemplo, cuando acá tenemos de sobra.
Ante esto, Etchevehere considera que la potencialidad de nuestro país como productor y exportador de alimentos es altísima. Cree que con las condiciones internas adecuadas y el funcionamiento correcto, Argentina puede competir contra cualquiera y de esta manera prender luces de alarma en los contendientes de otros países.
"Lo que pasa con el biodiésel es un ejemplo de lo negativo de abrirse al comercio mundial. El mundo dirime las cuestiones comerciales como las estamos viendo, por un lado es una realidad no querida, pero vamos a tener que ir a la OMC y volver a demostrar todo lo que demostramos con Europa", dijo el ministro.

 

—¿Entonces no somos ingenuos en pensar que vamos a poder competir de igual a igual en determinados temas?
—Nuestro trabajo es hacer que una vez que el productor sale tranqueras afuera no se quede al costado de la cancha. La visión que tenemos en el Gobierno es hacer las cosas de tal manera que a pesar de tener el mercado abierto, nadie pueda venir a vendernos nada de la agroindustria porque nosotros seremos los más competitivos.

 

—En las últimas semanas se conoció la noticia de un nuevo acuerdo comercial con China. Convenio que también fue cuestionado por las complicaciones que trae desde el punto de vista sanitario. ¿Qué pasa con este  acuerdo por carne vacuna y ovina logrado con China?
—Si queremos llegar a ser un abastecedor confiable de un país como China, que tiene más de mil millones de habitantes y que está dispuesto a pagar por productos de altísima calidad como la carne argentina, entonces tenemos que estar a la altura en normas sanitarias, de bienestar animal, de producción amigable con el medio ambiente. Porque ese consumidor, sofisticado se fija en esas cosas.

 

—¿Y el Estado debe ayudar para promocionar que se haga ese tipo de carne?
—No. La mejor ayuda es acercarles el negocio y después que los privados lo desarrollen. El desafío del Estado es abrir la aspiradora del mundo y que el productor mire y diga: 'Con ese precio me conviene'. El que manda es el precio. Logramos un protocolo sanitario que nos abre la puerta de un mercado inmenso, que paga muy bien lo que mejor sabemos hacer. Entonces organicemos todo internamente para estar a la altura de ese desafío, porque sacando las cuentas, el productor se va a dar cuenta de que le conviene.

 

Semillas, financiamiento y la estructura del Estado
Otro de los puntos centrales para el sector agropecuario con los que debe lidiar este año el Gobierno pasa por las leyes que se necesitan para el sector y por el financiamiento que requieren los productores. 
En cuanto a la parte legislativa, además del seguro multirriesgo que ya mencionamos en la primera parte de esta nota, la generación de una Ley de Semillas se vuelve impostergable. 

 

-¿Tendremos ley de semillas nueva en 2018?    
—Hoy tenemos el acuerdo de una cantidad importante de los sectores involucrados, acuerdo al que se llegó a fines de 2017 y que entre los puntos principales contempla que el evento y el germoplasma vayan juntos; que la tecnología se pague en la primera compra, que ahí se estipule cuál sería el canon en caso de que el productor la quiera volver a utilizar y que el INASE no pierda su rol de fiscalización y control. En tanto que sobre aquello que falta del acuerdo, será el Estado el que deba determinar las soluciones. 

 

—¿Están conformes?
—Yo estoy conforme con la Ley de Semillas que puede llegar a salir. No creo que se pueda hacer de otra forma. Pero ojo, no apoyaría nada que vaya en contra de lo que pensé siempre como dirigente gremial. Habrá que esperar a ver qué tipo de norma sale, la realidad marca que ya no se puede seguir postergando más. Los productores necesitan respuestas y las necesitan de manera inmediata.

 

—¿Y en cuánto al financiamiento del sector?
—Pasa lo mismo con el financiamiento y las promesas generadas en torno a políticas como el Plan Belgrano. Dos temas diferentes pero que se unen en el horizonte de la competitividad del productor. Sin plata y sin infraestructura, poco se puede mejorar en la producción de materias primas. Necesitamos ayudar al Banco Nación a que la gran cantidad de líneas de crédito que hay hoy, lleguen a los productores. Tenemos un presidente del Nación que sabe mucho de la actividad, él mismo se dedica a esto. Su interés es financiar a la agroindustria argentina, la voluntad política es ésa, que el financiamiento llegue a todos.

 

—Hace poco fue relanzando el Plan Belgrano. Hubo muchas críticas también sobre el funcionamiento...
—Siempre se puede aspirar a más, pero lo que se ha hecho hasta ahora, kilómetros de rutas, puertos, aeropuertos, cloacas, agua potable, barrios de vivienda, no es poco. Hay que tener presente que es un plan de desarrollo, donde en muchos casos son obras nuevas, y en otros obras que se prometieron hace 30 años y nunca se cumplieron.

 

—¿Los productores de soja del Plan Belgrano no reclamaron porque vuelven a tener esos 5 puntos más de retenciones que les habían quitado el año pasado? 
—No, no reclamaron pero sé que quisieran que se les renovara la medida de 2017. Pero ahí es donde el Estado dice ya está, se cumplió el año pasado. Se pagó a todos los que se presentaron, y los que se atrasaron fue porque tenían que solucionar algún tema con la AFIP.
 
—¿Se puede volver a aplicar en 2018? 
—No hay chance de que este año se vuelva a otorgar. Lo que se prometió se cumplió y ahora se está bajando el 0,5 mensual como estaba estipulado. No creo que se baje más porque la necesidad del país es reducir el déficit fiscal, y además hacerlo de una manera gradual y sosteniendo a los compatriotas que están bajo la línea de la pobreza.

 

El último de los puntos que dialogamos con el ministro de Agroindustria de la Nación, Luis Miguel Etchevehere, pasa por la actividad de su organismo. Como es de público conocimiento, en la última semana se publicó en el Boletín Oficial la nueva estructura del Estado, entre ellas la de su cartera (adelantada en exclusiva por esta columna en el pasado).
Entre los puntos centrales se destaca la reducción del organigrama oficial a cuatro secretarías y siete subsecretarías. Además de la degradación a Dirección Nacional de las Subsecretarías de Lechería, a cargo de Alejandro Sammartino, y de Control Comercial Agropecuario, en manos de Marcelo Rossi.
  
—¿A qué obedecen estos cambios en la estructura de Agroindustria?
—Todos los ministerios estamos tratando de tener una estructura lo más eficiente posible y que cumplan con su función. Que se administre de la mejor manera cada centavo que nos da el contribuyente. Pero que la estructura se haya acomodado, y que ahora algunas áreas tengan un nombre distinto, no significa que se haya modificado la función.
 
—¿Qué pasa con Senasa? ¿Se va a privatizar el organismo?
—Nosotros trabajamos todos los días para que los organismos que dependen del ministerio sean más eficientes y esté más cerca de los productores. Pero no se va a privatizar el control sanitario. No está previsto.

 

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