Chocó y causó cuatro muertes; sospechan que fue intencional

Héctor Fernández “está en perfecto estado” y hoy o mañana pueden darle el alta, informó ayer el director del Hospital San Luis, Leonel Anello. Es una buena noticia, porque así aumentan las chances de que el juez lo cite a declarar cuánto antes, para que dé explicaciones por haber embestido con su camioneta el auto de una familia, el domingo a la noche, cuando manejaba alcoholizado. Causó la muerte de los cuatro ocupantes: una pareja, su hijo de 3 años y la madre de la mujer.

Las víctimas fatales son Lidia Frías, de 69 años, su hija, Andrea Gutiérrez, de poco más de 40 años, el esposo de Andrea, Hugo Torres, de 60 años, y el hijo de ambos, Alejandro Torres Gutiérrez. Las dos mujeres murieron en el acto, cuando el auto fue embestido y volcó. El hombre sobrevivió hasta ayer a la una de la madrugada. Y el nene luchó por su vida hasta las once y media.

La tragedia desatada por Fernández, un vecino de El Durazno, de 58 años, está rodeada de circunstancias que son todavía oscuras. Y llamativas. Al punto que llevaron al juez de instrucción Penal 1, Sebastián Cadelago Filippi, a admitir antenoche que no descartaba la posibilidad de que se haya tratado de un hecho intencional.

Una versión sobre una supuesta discusión, posiblemente originada en un incidente de tránsito, alimentaba esa conjetura. Pero lo cierto es que, al menos hasta anoche, la Policía y la Justicia no habían terminado de recolectar las pruebas para aclarar el hecho y determinar si deben calificarlo como la consecuencia de una negligencia o como un atentado.

El choque ocurrió apenas minutos después de las nueve y media, en la avenida Pringles (ruta provincial 20), frente al barrio Cerros Colorados. La embestida de la Ford F 100 blanca de Fernández contra un Peugeot 207 gris tuvo lugar a la salida de una curva poco pronunciada, en la mano que baja de El Volcán hacia la ciudad de San Luis. Fue cincuenta metros antes de una entrada al barrio, a cuatrocientos metros de la rotonda de Cruz de Piedra, donde empalma la ruta 18 que va a Potrero de los Funes.

Alcoholizado, descontrolado

Ya desde El Durazno, Fernández venía sin controlar la camioneta y poniendo en riesgo a otros automovilistas, le contó a El Diario una conductora que casi fue embestida por la camioneta (ver "Venía zigzagueando").

Un empleado del peaje de Cruz de Piedra, ubicada a un kilómetro del lugar del impacto, declaró ante la Policía que cuando pasó por la estación en su Peugeot 207 gris, con su familia, Torres les dijo “ese hombre me tiró el auto encima”. Se refería a Fernández, que había pasado minutos antes por allí, en la F 100, reveló ayer a la tarde, ante una consulta de El Diario, el juez Cadelago Filippi.

Allí radica un hecho hasta ahora inexplicable y que alimenta la conjetura de que tal vez lo que ocurrió después no fue un choque accidental: está comprobado que Fernández pasó primero por la estación de peaje. Según una fuente de la Policía, fue “entre cinco y seis minutos antes” de que lo hiciera Torres. Entonces ¿cómo es que minutos después lo embistió sobre la misma mano que va de norte a sur, en el sentido hacia San Luis, y apenas a mil metros del peaje?, ¿habrá esperado que Torres pasara para encararlo?

La embestida no fue de atrás. “El auto no tiene marcas de impacto en la parte trasera, sino en el costado izquierdo y en la parte de adelante”, reveló una fuente de la Policía. Si la camioneta lo alcanzó desde atrás, primero se le puso al lado al Peugeot y recién ahí lo golpeó, conjeturan. Por el golpe, el auto fue a parar a la banquina, donde volcó y quedó apoyado sobre el techo.

Supusieron que, tal vez, Fernández había ido hasta la rotonda de Cruz de Piedra, había vuelto por el carril correspondiente en dirección a El Volcán y luego había cruzado el cantero central, hacia la mano contraria. O que probablemente en la rotonda había tomado a contramano por el carril por donde bajaba el auto.

Pero esas dos variantes estarían prácticamente descartadas. En parte, porque la cámara de Seguridad Pública instalada en la rotonda no registra que la F 100 haya llegado hasta allí, reveló el juez.

Otra opción es que Fernández haya entrado al Cerros Colorados, haya salido a la ruta por la segunda salida y haya hecho cincuenta metros a contramano, hasta encontrarse con el Peugeot, que –a juzgar por las huellas de su frenada– iba por el carril lento, para chocarlo casi de frente.

El golpe fue letal para todos los ocupantes del 207. En cambio Fernández sufrió lesiones leves. “El paciente está en observación en cirugía, por la cinemática del accidente. Se hizo interconsulta con oftalmología por el hematoma palpebral (en los párpados) que tenía, pero no ha tenido que ser intervenido quirúrgicamente. Está en observación pos 48 horas por el traumatismo, simplemente eso. Está en perfecto estado. Si está todo bien y no hay ningún tipo de sintomatología que aparezca en estas horas, mañana (hoy) o pasado ya se puede ir de alta”, informó el director del Hospital.

Dentro de la camioneta, que es del hijo de Fernández, hallaron una botella de vino cerrada y una soda. Algo habría comentado a los policías, en el lugar del hecho, sobre que iba o venía de un asado.

Le hicieron la prueba de alcoholemia recién a las dos de la madrugada de ayer, cinco horas después del choque. En ese momento, y probablemente después de haber recibido suero, tenía 1,45 gramos de alcohol por litro de sangre. Es probable que cuando chocó, cinco horas antes, el índice hubiera sido mucho más alto.

“De todos modos, también ordené que le hicieran análisis de sangre, así que seguramente tendré otro informe”, dijo el juez anoche.