Siguen la pista de falsos sanadores que le sacaron plata a un hombre

Una chica que se retrató en una “selfie” con sus amigas, en la puerta de su casa, le dio a la Policía, sin querer, la posibilidad de una pista para ubicar a un hombre y dos mujeres que, haciéndose pasar por sanadores, parapsicólogos o tarotistas, estafaban a todo el que podían. Una de las víctimas, la que llevó a conocimiento de la Policía la existencia de los timadores, es un hombre al que le sacaron diez mil dólares con el chamuyo de que el dinero “estaba embrujado” y ellos se lo iban a “curar”.

La víctima del fraude, Guillermo Felipe Rivero, había decidido acudir a pedirles ayuda ya que tenía problemas en su matrimonio y no quería perder a su esposa. El trío se promocionaba como “especialistas en unión de parejas”.

La joven de la foto es hija de la dueña de la casa donde los embaucadores tuvieron el último domicilio conocido, en la calle Paunero 1038 de Villa Mercedes, el mismo donde le birlaron los dólares a Rivero, que los denunció casi al mismo tiempo que se hacían humo de la ciudad.

En el retrato que la joven se tomó con sus amigas captó, de fondo, el auto negro del hombre que acompañaba en sus tretas a las supuestas parapsicóloga y tarotista. Es un vehículo negro que cuando tomaron la imagen estaba estacionado frente a la casa donde alquilaban los delincuentes. Podría tratarse de un Ford Focus.

La foto fue remitida a la división Criminalística, de San Luis, y los especialistas en tecnología de la Policía van a procesarla con el objetivo de ver si pueden rescatar de la imagen del vehículo algún dato que les permita identificarlo: la marca, el modelo o la patente, reveló el subjefe de la Comisaría 12ª, oficial principal César Chacón. Lograr lo último, captar la matrícula, sería un gran paso, pero no es seguro que puedan lograrlo.

Chacón reveló que también siguieron otro indicio: el domicilio donde los delincuentes residieron antes de recalar en el de la calle Paunero. Tal vez los moradores o vecinos de la dirección anterior puedan aportar alguna otra marca o señal del trío de estafadores.

Pero el jueves pasado fueron a verificar en ese hospedaje donde se habían alojado y comprobaron que en el registro no están sus nombres. En el alojamiento tampoco hay cámaras de seguridad que los hayan captado.

Una tercera pista que los investigadores intentan seguir es otra foto, una en la que aparece el documento de identidad del hombre buscado junto a las mujeres. Hay indicios de que podría ser de nacionalidad chilena.

Los embaucadores fueron denunciados el lunes pasado por Rivero. El hombre expuso que en la primera consulta las mujeres lo convencieron de que su problema “era un trabajo sobrenatural que le habían hecho a cierto dinero que tenía guardado”.

Les llevó cinco mil pesos para que se los curaran y dos días después se los devolvieron. Luego hicieron lo mismo con siete mil pesos. Con eso se ganaron la confianza del cliente, que el viernes 27 de julio les llevó diez mil dólares, según la denuncia que hizo en la Comisaría 12ª.

Después de ese día, las “curanderas” dejaron de responder sus llamados y mensajes. El lunes 30, cuando fue al “consultorio” de la calle Paunero, la dueña de casa le avisó que sus inquilinos habían desaparecido el fin de semana.