En los últimos tres meses el consumo de carne cayó un 40%

Los puntanos cuidan cada vez más la billetera a la hora de ir a la carnicería y la falta de consumo se nota en algunos locales. El Diario de la República realizó un sondeo por comercios de la ciudad y comprobó que en los últimos tres meses las ventas cayeron un 40 por ciento. En los locales aseguraron que se debe a la falta de poder adquisitivo y en algunos casos absorben costos para mantenerse. Esta tendencia se replica a nivel nacional, ya que en los primeros meses del año el consumo disminuyó un 11,3 por ciento.

Un claro ejemplo es lo que sucede en el local "Santa María". Uno de sus empleados, Alberto Cejas, comentó que desde agosto las ventas vienen en picada y destacó la falta de dinero de los clientes. Además precisó que ya no existen más las compras por kilo, sino que llevan lo justo y necesario para el día.

Expresó que implementaron varias ofertas para lograr mantenerse y cubrir gastos como alquiler e impuestos, entre otros. También, contó que tuvieron que mermar la compra a los proveedores. "Hoy bajamos del proveedor un 40 por ciento menos de lo que solíamos pedir. Antes vendíamos media res por día, mientras que hoy la repartimos en tres o cuatro días", dijo preocupado Cejas, quien remarcó que si la carne no se vende y pasa mucho tiempo en la cámara frigorífica pierde peso, lo que afecta su rentabilidad. 

El empleado detalló que el panorama es incierto y están a la  espera de una suba en los valores. "Los proveedores se cubren para no perder y ellos le aplican el precio a la mercadería. Frente al movimiento del dólar es probable que aumente", manifestó y agregó que los cortes más elegidos por los puntanos son los económicos, como carne molida, blanda para milanesas y pollo. 

El panorama se repite en "De Pascuale Súper", donde su encargado, Enrique Di Genaro, afirmó que el consumo en su local cayó un 40 por ciento. Al igual que en "Santa María" donde, por la falta de venta, se vio obligado a dejar menos mercadería.

Aseguró que antes los puntanos los fines de semana arrasaban con el asado, mientras que hoy no tan solo que les sobra, sino que eligen llevar blanda para milanesas, que ronda los 350 pesos y es más rendidora.

"Hacer un asadito puede costar cerca de 1.500 pesos entre carne, pan, verdura para ensalada y leña", precisó Di Genaro, quien agregó que el kilo de asado cuesta 320 y el de molida 200. Destacó que en gran medida absorben costos. "Los frigoríficos mandan media res con hasta cinco días de faena, eso quiere decir que ya vienen con siete kilos menos y perjudican a los trabajadores", precisó.

También remarcó que desde hace algún tiempo los proveedores no reciben cheques, sino que deben abonar de contado y en el momento. "Hemos pasado varias crisis muy parecidas, pero no tan fuertes como la de ahora. Los precios no paran de subir y seguirán haciéndolo", detalló el encargado.

Martín Jaime, dueño del "Frigorífico Lafinur", comentó que se las ingenia con ofertas para mantener a la clientela, como por ejemplo dos kilos de molida a 300 pesos y dos kilos de milanesas a 280. Además, resaltó que ante el incierto panorama se adelantó a comprar mercadería y así evitar que lo tome por sorpresa la próxima visita del proveedor. 

"La semana pasada encargué para tener un margen luego de las elecciones. Cuando se termine veré con qué panorama me encuentro", manifestó Jaime y explicó que todavía el valor de la carne estaba accesible. "Un lomo completo con una gaseosa cuesta 500 pesos, mientras que un kilo de carne sale 250", remarcó.