SAN LUIS - Martes 21 de Mayo de 2024

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Siguen los reclamos por la falta de financiamiento al Conicet

Becarios e investigadores realizaron una asamblea pública en el jardín del Rectorado de la UNSL. Mirá el video con los testimonios de los becarios.

Por redacción
| 16 de abril de 2019
preocupación. Un grupo de veinte estudiantes, becarios e investigadores reclaman por un mejor presupuesto. Foto: Nicolás Varvara.

"Nunca antes hizo falta hacer esto”, indicó Sergio Favier, director del Instituto de Matemática Aplicada San Luis (IMASL), que depende de la Universidad Nacional de San Luis (UNSL) y del Conicet. En ninguno de los gobiernos argentinos previos, aseguró Favier, la falta de financiamiento los afectó tanto en la provisión de insumos y equipamiento, salarios y la continuidad de la investigación de proyectos que llevan años. Es por esto que, tanto a nivel nacional como local, directores, becarios e investigadores comenzaron a manifestarse por la grave situación que atraviesa el sector. Este martes a la tarde, en el patio de la UNSL, un grupo de veinte afectados realizó una asamblea pública para hacer visible su situación.

 

El director fue quien inició la reunión con unas palabras y el encargado de dar las malas noticias. Cerca de 130 directores de institutos de doble dependencia de dieciocho provincias, con el respaldo de otros cincuenta funcionarios, se reunieron la semana pasada en Córdoba y elaboraron un documento con pedidos en común. El principal fue solicitar un aumento de emergencia en el presupuesto y una actualización de salarios y becas, pero también una prórroga  en el llamado a inscripción para el inicio en la carrera científica, la elaboración de una ley que regule su actividad -actualmente el Conicet sigue un estatuto de 1973, elaborado durante la dictadura de Lanusse - y la restitución del grado de Ministerio a la actual Secretaría de Ciencia y Tecnología. 

 

"Lo más grave de los institutos es que hay problemas para financiar su normal funcionamiento por la falta de presupuesto", dijo Favier a El Diario de la República. El instituto que dirige tiene 40 investigadores, que estudian sobre matemáticas, temas ambientales y desarrollo de proteínas. "Sumado a la falta de presupuesto, lo acordado tampoco se ejecuta en tiempo y forma", agregó. "Lo que se trata de fondo es que investigamos para mejorar la calidad de vida de los argentinos, que con sus impuestos mantienen el sistema científico. El Conicet mantuvo por muchos años a mucha gente que hizo su posgrado, pasando todos los niveles y eso se pierde, porque no hay lugar para investigadores". El director indicó que el año pasado los institutos ya funcionaban sin presupuesto, con fondos, pero sin tener especificado las partidas. Este año el presupuesto fue especificado, pero es bajo y el mismo de hace dos años, sin tomar en cuenta la inflación. A ello se le suma que hay institutos que se valen de insumos valuados en dólares. 

 

 

 

“No sé si saben qué es el Conicet. Es la agencia nacional que nos permite hacer ciencia en la Argentina”, dijo con convicción Javier Houspanossian, investigador del mismo instituto. Comentó que tras terminar su posdoctorado estuvo dos años sin trabajo. “Nos pusimos un polirrubro”, ironizó, al decir que junto a un compañero, tras años de investigación, comenzó a trabajar en el área de servicios. “Tuve suerte de volver a investigar, pero es poca la gente que ingresa”, remarcó. Por su cuenta obtuvo este año una cifra preocupante: de 25 postulantes a becas de San Luis, solo dos ingresaron a la carrera científica. 

 

No solo los ingresos a las becas fueron reducidos. Ser investigador en planta permanente, pasar de cobrar un “estipendio” a un salario- sin aportes jubilatorios, antigüedad ni aguinaldos- se vuelve también un camino estrecho. “A nivel nacional en 2018, de 2145 postulantes a la carrera científica, 450 entraron”, describió Luciana Navarro, becaria doctoral en educación. “Son 12 años de formación y quedan afuera. Gran parte de nosotros no tiene experiencia en otros ámbitos porque nos solicitan la retención del título durante nuestras becas. Somos el sector más precarizado del sistema científico”, describió.

 

Navarro hizo un ejercicio simple de matemáticas. Una familia para no ser pobre requiere para el INDEC, de un ingreso mínimo de 27 mil pesos. Un estipendio de becario doctoral llega a los 23 mil pesos. Pero la falta de financiamiento generó, que de a poco, los becarios comenzaron a cubrir costos de la investigación de sus propios bolsillos. “Matrículas, cursos y congresos, y bibliografía. Faltan insumos y equipamientos y muchas veces deben poner de sus propios bolsillos. De las carreras de humanas, ni siquiera tenemos un instituto físico”, describió la becaria. “Se habla que se despilfarra en ciencia, yo creo que hay que rescatarla. Hay que constituir una ciencia soberana, que tenga que ver con los problemas y las áreas que conciernen a nuestro país”, agregó. 

 

Por ahora, los investigadores, becarios y directores que se sumaron al reclamo comenzarán con la difusión en las aulas para involucrar al estudiantado en los problemas que atraviesa el ámbito científico. Y en mayo habrá un “Cabildo” que replicarán a nivel federal todas las provincias. 

 

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