Hernán Silva
Jefe de Noticias de El Diario de la República
La pandemia, una crisis que acelera la historia
No hay nadie que no lo perciba. El tiempo corre como antes, pero tiene una carga distinta. Hay una atmósfera especial que envuelve con incertidumbre y ansiedad cada momento: cuando hacemos fila en la puerta de un negocio, cuando realizamos una teleconferencia o cuando nos ponemos el tapabocas antes de salir a la calle. Parece como si fuéramos protagonistas de una extraña película de ciencia ficción. Es que con la crisis de COVID-19, cualquier instante, tanto los significativos como los rutinarios, tendrán un eco más potente en el futuro. No conocemos cómo finaliza este relato, pero sí sabemos que la humanidad está escribiendo un capítulo relevante de su historia.
El coronavirus es una enorme crisis planetaria, y las crisis de esta magnitud marcan la historia, entre otras cosas, porque la aceleran. Le imprimen rapidez a procesos que existían, pero que se desarrollaban a un ritmo menor. La peste negra que asoló Europa en el siglo XIV, por ejemplo, puso fin al mundo feudal. El resultado principal de la Primera Guerra Mundial fue la caída de los viejos imperios, como el Austro-Húngaro y el Otomano; y el desenlace de Segunda Guerra Mundial fue el declive del Viejo Continente y el ascenso de Estados Unidos y la Unión Soviética como superpotencias.
Los especialistas observan que la pandemia dinamiza aspectos de nuestra vida cotidiana que antes fluían a una velocidad menor. La robotización en las fábricas gana cada vez más terreno, el teletrabajo se está convirtiendo en la primera opción, los comercios que durante décadas eran referentes de un rubro deben reinventarse y probar otra cosa, y el cierre de las fronteras estimula una reindustrialización para elaborar productos que no pueden encontrarse en el mercado.
Los cambios ocurren en todas las escalas. A nivel internacional, nacional y, por supuesto, provincial. El ministro de Educación de San Luis, Andrés Dermechkoff, afirmó que la tecnología en el sistema educativo, una herramienta utilizada por miles de alumnos que aprenden a través de videoconferencias durante la cuarentena, representa un adelanto que "vino para quedarse".
Las modificaciones en San Luis son múltiples y notorias. Para asegurarse un sustento, miles de personas en los últimos meses tuvieron que volcarse a la comercialización de productos y alimentos elaborados en sus hogares, y decenas de negocios perfeccionaron la venta digital y el delivery. La mayoría de los sanluiseños ya adoptaron el tapabocas casi como si se tratara de otra prenda de vestir, un hábito que todo indica persistirá más allá del contexto, como sucede en algunas sociedades orientales.
La pandemia, una crisis que acelera la historia.
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