"Doña Galinda" hizo su paso por la ciudad con su biblioteca rodante
Una docente viaja por la Argentina de la mano de la literatura.
La docente Laura Visciglio, oriunda de La Matanza, Buenos Aires, pasó por San Luis con “Doña Galinda”, su vehículo que se convirtió en una biblioteca rodante. Laura y “Doña Galinda” difunden el amor por la literatura y la pasión por compartir conocimientos.
Debido a la magia que se producía al leer un cuento en una salita de jardín –Laura es docente de Educación Inicial– profundizó sus conocimientos y comenzó el proyecto para difundir el ritual de la lectura.
“En paralelo siempre me gustó viajar, fue una manera de juntar las dos pasiones. Surge esto de crear una biblioteca rodante después de mi experiencia como maestra, dándome cuenta de lo poderosa que es la literatura para la imaginación y la creatividad, no solo para los infantes, sino también todo lo que significa tener acceso a un libro, que es un mundo”, expresó Laura.
Hace ocho años empezó el proyecto en Capital Federal y provincia de Buenos Aires, pero desde hace dos años viaja por todo el país. “Somos un montón de personas las que apostamos a la cultura como derecho para compartirla”, contó.
Laura indicó que para sustentar los viajes pide colaboraciones para la nafta por redes sociales y trabaja con instituciones, municipalidades y escuelas, dado que brinda capacitaciones a docentes y charlas a los niños.
“A San Luis quiero volver para visitar más instituciones”, manifestó la docente, quien participará del primer encuentro de bibliotecas rodantes que se hará el mes que viene en Buenos Aires.
La viajera contó que los interesados se pueden comunicar con ella a través de las redes sociales (@galindabibliotecarodante) para concretar eventos. A su vez, por el mismo medio se puede colaborar para que ella continúe su viaje.
“Hago funciones de narración oral con títeres, doy talleres para docentes, voy a profesorados más para la gente que le interesa la literatura infantil y la mediación con el trabajo con diferentes personas. También voy a las plazas para brindar acceso a los libros porque la idea es transformar el espacio cotidiano en uno poético”, precisó.
En su vehículo lleva más de cien libros con la particularidad de que hay obras de escritores locales de diferentes puntos del país.
“Me parece que el libro conlleva, además del objeto cultural, un montón de rituales y espacios que son enriquecidos por la experiencia misma”, remarcó.
La situación económica del país y los aumentos constantes del combustible amenazan la continuidad del proyecto, por eso,
Laura invita a la comunidad a sumarse y colaborar con su iniciativa cultural.
“Mi sueño es poder recorrer todas las escuelas rurales de Argentina”, concluyó con seguridad en su voz.
Redacción
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