El peso de las valijas y de las presiones

El año pasado, antes de que se produjera el cambio de gobierno provincial, el 10 de diciembre, la diputada justicialista Teresa Páez sorprendió al denunciar que dirigentes que responden a Claudio Poggi habían empezado un operativo de apriete para lograr la “compra de voluntades” y, de esta forma, tener mayoría en las cámaras de Diputados y Senadores.

Esas manifestaciones generaron un fuerte estrépito fundamentalmente en el arco político y pese a las críticas y repudios, el poggismo siguió con su plan en marcha.

Uno de los primeros en cambiar de vereda fue el nuevo presidente de la Cámara de Diputados Alberto Leyes (Belgrano), integrante de una familia que juraba y perjuraba fidelidad al proyecto provincial. Pero con el tiempo cambió de opinión, así como cuando se renueva una camioneta.

Después hubo una especie de efecto catarata. Entre otros, pegó el salto Humberto Farías (Zanjitas-Pueyrredón) y el golpe más fuerte fue el 5 de diciembre, cuando se debían elegir las nuevas autoridades de Diputados. En esa ocasión, la noticia la dieron los legisladores que responden al intendente de Villa Mercedes Maximiliano Frontera. Casi como usando una garrocha, Nicolás González Ferro y Cristian Gurruchaga se alinearon al poggismo, e impidieron que Walter Aguilar sea electo presidente del cuerpo.

Tras ese escándalo, los aprietes, ofrecimientos y tentaciones siguieron su marcha.

Lo que pasó en Diputados en un 90% está a punto de ocurrir en la Cámara de Senadores. El primero que se fue del bloque justicialista fue Diego García (Ayacucho) y, por estos días, todas las miradas están focalizadas en Juan Carlos García (Belgrano), quien esta semana renunció a la presidencia de esa bancada y al acompañar la totalidad de los proyectos de ley enviados por el Ejecutivo provincial.

Ahora, los planetas en la Legislatura de San Luis se han realineado. Quienes fueron votados para ser minoría ahora son mayoría y viceversa.

Es decir que en medio de hechos que son calificados abiertamente como traición, el sector responde al gobernador Claudio Poggi. Ahora tiene lo que no logró en las urnas: tiene mayoría a fuerza de presiones o de “la billetera”, como se dice en diferentes ámbitos políticos.

“Cuando el río suena, piedras trae”.