La burlanda húmeda circula en San Luis

Un plato potente y competitivo acaba de ingresar al menú gastronómico de la ganadería puntana. La semana pasada, la firma Lasna & Ferdez despachó su primer camión repleto de burlanda húmeda con destino a un feedlot de Villa Mercedes. De este modo, la empresa dedicada al rubro de alimentación para animales, penetró con una tentadora alternativa proteica a una plaza en la que hasta ahora sólo jugaba la firma Glucovil. Los engordadores a corral y tamberos serán los más beneficiados con esta competencia que terminará por impactar en los precios.

Para garantizar el abastecimiento del alimento a sus clientes, la empresa trabaja con cupos limitados.

Además, la incorporación de este alimento supone un importante impulso al agregado de valor -política fetiche del gobierno provincial- ya que a partir de ahora el circuito de producción que comienza en el maíz se verá metabolizado en bioetanol y en mayor cantidad de kilos de carne.

Es curioso que tantos beneficios provengan de un subproducto. La burlanda no es otra cosa que el remanente del proceso de destilación del maíz para la obtención de bioetanol y, si bien en nuestro país tiene poco tiempo de vida, en Estados Unidos ya posee una trayectoria de diez años. En San Luis, su producción está a cargo de la firma Diaser, de Villa Mercedes.

Las ventajas del producto son de índole económica y nutricional. “Cuesta un 30 por ciento del precio del maíz del mes anterior, según datos publicados en la Bolsa de Cereales de Rosario, más IVA y flete”, explicó Mario Giraudo, representante comercial de la distribuidora. Y comentó: “Notamos que tiene muy buen resultado en tambos, porque disminuye el costo de la dieta, pero incrementa la producción de leche; y lo mismo sucede en feedlot, con una disminución en el costo de la dieta y un incremento en la conversión de carne”.

En esta etapa inicial de comercialización, la principal preocupación de los socios es asegurar una distribución eficaz y a tiempo, y para ello deben garantizar la disponibilidad del producto. Por esta razón diseñaron un sistema de cupos, es decir, raciones o volúmenes de burlanda que reparten cada cierto tiempo y de modo continuo. “Como se trata de un alimento, tiene que ir de la mano de un fuerte compromiso y la puntualidad en la entrega es fundamental”, señaló Giraudo, y dijo que en caso de urgencia cuentan con el respaldo de la planta de Alejandro Roca, ubicada al sur de Córdoba.

El distribuidor contó que todavía quedan algunos cupos disponibles, y dijo que cuando se hayan agotado armarán una lista de espera para los interesados. Como servicio adicional, la empresa brinda asesoramiento nutricional de manera gratuita.

Los establecimientos de engorde a corral que trabajan con Lasna & Ferdez tienen distintas magnitudes. “Tenemos clientes que manejan entre 5.000 y 10.000 cabezas cerca de San Luis, otros de entre 1.000 y 2.000 cabezas en Villa Mercedes. Hay dos al sur que superan las 2.000 cabezas y en el norte otros que oscilan entre las dos mil y tres mil cabezas”, enumeró Giraudo.

Por ahora, los clientes de la firma son todos feedlots. “Estamos viendo la posibilidad de incorporar tambos. Si bien San Luis no es una provincia tambera, con los años, y gracias al mejoramiento de rutas y la disponibilidad de agua, esta situación mejoró mucho”, dijo, y contó el caso de Mastellone, que desde hace un tiempo está interesado en invertir en la provincia. “Es otro de los posibles clientes que podríamos tener con la burlanda”, opinó Giraudo.

El empresario contó que en la provincia encontraron mucha curiosidad y aceptación de la burlanda. “Lo que queremos generar en la gente es tranquilidad, ya que es una calidad probada en el exterior desde hace ya una década y en nuestro país ingresó con éxito en Santa Fe, Buenos Aires, Córdoba, e incluso en el Chaco”, dijo, y agregó: “La provincia también ha apoyado mucho este emprendimiento y creo que es consecuencia de que tanto el doctor Adolfo Rodríguez Saá, como el vicegobernador Jorge Díaz, tienen mucha experiencia en actividades productivas y nunca le soltaron la mano al campo”.

Para todos los gustos

Existen dos versiones: la burlanda seca (DDGS) y húmeda (WDGS, que por sus siglas en inglés significa granos de destilería húmedos) que es la que empezó a comercializarse a partir del 15 de abril. “Esta última es mejor porque conserva la estructura de la proteína, que se daña cuando se seca para que tenga capacidad de exportación”, aseguró Horacio Fernández, uno de los dueños de Lasna & Ferdez, la empresa encargada de la comercialización.

Si bien en Estados Unidos desde hace más de una década que es utilizada, en nuestro país tiene pocos años de experiencia. Recién a partir de 2006, la Ley 26.093 de Biocombustibles que prevé un corte de todas las naftas de un 10% de bioetanol, creó la demanda de este tipo de energía en el país. Las primeras plantas tuvieron su base en la caña de azúcar, pero recién en 2012 empezaron a instalarse las primeras plantas a base de maíz.

Eso explica por qué la burlanda es un subproducto que recién ahora empieza a tener más resonancia. Otro punto a favor es su gran valor nutricional: al ser un concentrado de maíz cuenta con un 31% de proteína by pass, 14% de EE, 3,2 mcal/h con una alta calidad y digestibilidad proteica (alrededor del 90%), de muy buena palatabilidad.

A esto hay que agregarle que durante el proceso de fermentación se le extrae todo el almidón del grano de maíz, por lo que tiene muy bajo nivel de acidosis, algo que contribuye a aumentar la producción. Es decir que aporta mucha proteína, gran cantidad de energía, con algo de grasa y poca fibra.

Con estas armas, le puede dar batalla a otros componentes. "Su precio está por debajo de los sustitutos proteicos, como el expeller de soja o pellet de girasol, o de silo de maíz y a su vez, su uso se ve reflejado en un incremento en litros de leche o en conversión de kilos de carne, según el negocio”, indicó Horacio Fernández, uno de los dueños de Lasna & Ferdez.

“Comercializamos la burlanda húmeda en varias provincias, con una distancia desde la planta de hasta 450 kilómetros”, dijo, al tiempo que aclaró que su idea es establecer vínculos con los productores de la zona para vender lo “más que se pueda en la provincia”.

“Trabajamos las 24 horas de los 365 días del año, estamos en marcha permanente y tenemos costos competitivos”, comentó.

Esto baja costos en la dieta de tambos, feedlots y granjas porcinas. Si bien la burlanda en Argentina tiene un poco más de un año, este alimento está totalmente probado en Estados Unidos donde existen más de 200 plantas.

"Y lo que vemos es que en nuestro país está teniendo muy buen resultado en tambos, porque disminuye el costo de la dieta pero incrementa la producción de leche; y lo mismo sucede en feedlot, con una disminución en el costo de la dieta y un incremento en la conversión de carne”, afirmó el empresario.

La inclusión en la dieta dependerá del tipo de actividad: para tambos será de hasta un 25% (hasta 14 kg por vaca por día) y hasta un 40% en base seca en feedlots. Y ahí aparecen dos limitantes: la primera es que está recomendada para planteles que cuenten con más de 350 animales en encierre o 130 vacas de tambo, y la segunda es el almacenamiento, “porque la vida útil del producto es de 12 días en verano y 15 en invierno”.

Embolsado puede durar hasta cinco meses, y la burlanda seca dura hasta ocho, pero pasados esos tiempos empieza a correr el riesgo de que aparezcan micotoxinas por la humedad de la pasta.

“En Estados Unidos, las plantas de bioetanol y sus subproductos han cambiado la economía de los ganaderos y de los agricultores, porque es uno de los proyectos que más valor agregado genera porque transforma al grano en energía renovable y genera, a su vez, un excelente alimento para la ganadería”, indicó Fernández.

Y en San Luis esto podría replicarse, ya que por un lado el maíz es uno de los cultivos que junto con la soja cubren en 90 por ciento de la superficie cultivable, y por el otro la planta de bioetanol optimiza las bondades de la planta de maíz. Es decir, es un proyecto sustentable que aprovecha esta planta al máximo, que no desperdicia ni un gramo, que aporta soluciones viables al problema energético, que genera alimentos y que en ese camino de transformación despierta un nuevo circuito económico que beneficiará al campo puntano.