El campo también tuvo sus destacados

Todos fueron protagonistas de un año intenso para el campo de San Luis. Un año de cambios internos (Gonzalo Amondarain sucedió a Felipe Tomasevich en el ministerio) y a nivel nacional, cuando a fin de año Mauricio Macri asumió la Presidencia y la relación con el sector dio un vuelco de 180 grados. Y ellos se adaptaron, agacharon la cabeza y siguieron trabajando en sus producciones, afrontando los riesgos y los problemas de una actividad que muchas veces depende de factores externos como el clima, los precios internacionales o el humor de los clientes.

Por eso, por llegar a fin de año con la satisfacción del deber cumplido, bodega Los Coros, tambo El Rosario, Ganadera del Sur, el Consorcio de Productores de Candelaria y Miguel Saraceno fueron destacados de El Diario de la República. Aquí están sus historias.

Vino en colores

La bodega Los Coros vivió un año de crecimiento excepcional. Ya estabilizados sus vinos tintos en el mercado, con premios incluidos para el malbec y el syrah; en 2015 llegó el momento de diversificar la producción. El rosado de malbec y el blanco viognier dieron sus primeros pasos con éxito, fueron aceptados por el paladar de los puntanos y colocaron a la bodega en otra dimensión, haciéndola más competitiva. Y por si fuera poco, el cabernet, que hasta ese momento se había mantenido en segundo plano, se despachó con un doble oro en el concurso Vinus, uno de lo más prestigiosos del mundo.

"Es la tercera vez que nos destacan, ya lo habían hecho en 2011 y el año pasado, quiere decir que estamos haciendo las cosas bien", dijo Claudio Anzorena, el responsable del establecimiento vitivinícola asentado en Beazley. Estuvo en la Fiesta de los Destacados acompañado por el ingeniero agrónomo Carlos Bourget y los dos enólogos: Gustavo Silvestri y Marcelo Bressa. La transformación de parras de uva de mesa en otras para vinificar �� también fue motivo de una nota en la revista El Campo en 2015.

Poner el pecho

Cuando el Grupo Foralba compró el tambo en Quines sabía que nada iba a resultar fácil. El norte de San Luis no tenía tradición lechera, el clima es caluroso en exceso, las instalaciones estaban muy venidas abajo y, por si fuera poco, la inundación de comienzos de marzo hizo estragos en los avances que habían logrado.

Pero siguieron luchando y hoy exhiben mejoras productivas y un ambiente de trabajo reconocido por sus empleados.

Ahora faltaría una mejora en el precio de la leche, pero eso escapa a su control. "Estar destacados es un mimo para nosotros, que no somos de San Luis.

Nos motiva a seguir para adelante y afrontar las dificultades con optimismo.

Ojalá que la situación de la lechería mejore definitivamente en el país", dijo Claudio Chiappero, uno de los veterinarios y encargado general del tambo, quien llegó con su hermano Nicolás, quien también trabaja en la empresa Más de un siglo con el martillo La familia Abdallah es sinónimo de tradición ganadera y respeto por la palabra, que sigue siendo sagrada en el ambiente de los remates. La hacienda pasa de manos primero y después llegan los papeles. Es así para ellos desde hace 103 años, Muse lo aprendió de su padre y Lucas ahora mama esa experiencia de su papá. Ellos fueron destacados porque manejan buena parte de las grandes subastas de reproductores.

"Siempre es lindo recibir un premio, somos parte del San Luis de todas las épocas y sentimos que la gente reconoce a la empresa. Que lo haga El Diario es todavía más halagador", contó Muse, quien no descansa, a fines de enero ya largan de nuevo con los remates.

Trabajo en equipo El Consorcio de Productores de Candelaria nació hace cuatro años en un predio de 30 hectáreas que un grupo de huerteros se dividió para explotar.

Cada uno trabaja su parcela y tratan de hacer fuerza todos juntos para comercializar lo que cultivan. Ellos también soportaron las inclemencias del tiempo y dieron muestras de solidaridad frente a quienes no podían seguir el ritmo. Algunos producen zapallos, otros verduras de hoja e incluso hay quienes cultivan rosas con pasión artesanal.

"Que los destaquen les hace bien para poder seguir adelante. Es un trabajo con problemas en las dos puntas, ya que cuesta sembrar por los costos y también cuesta vender en un mercado deprimido.

Pero no se rinden, son familias muy trabajadoras, que van aprendiendo secretos a medida que meten las manos en la tierra", contó Fernando Casas, quien preside el consorcio desde sus días de intendente de Candelaria, cargo que dejó este mes para asumir como diputado provincial.

Un hombre inquieto Miguel Saraceno tiene 70 años vividos intensamente. Fue hijo díscolo de un padre italiano y de carácter fuerte, ingeniero agrónomo con contactos por el mundo y, sobre todo, un idealista, condición que hasta lo hizo pasar una temporada a la sombra en la época de la dictadura militar, cuando no cejaba de promover las huertas comunitarias.

Hoy, más sosegado, sigue insistiendo con las innovaciones en su campo de El Durazno para producir más y mejor.

"No esperaba este reconocimiento, tengo un perfil muy bajo, soy feliz en el campo y no necesito más, Pero bienvenido sea, para que otros productores sepan que se puede salir de lo que dictan las normas", aseguró con una sonrisa.