Varios espacios verdes, a ambos márgenes de la avenida IV Centenario exhiben un gran descuidado. Los vecinos señalan que los pastizales están a más de un metro de altura y que los árboles tapan los postes de iluminación, lo que convierte a la zona en una auténtica "boca de lobo’. La basura completa el panorama. Hay botellas plásticas, cajas de cigarrillos, bandejas de cartón, trapos sucios, y dos montículos de ramas secas.
Vecinos y automovilistas coinciden, que en el tramo hacia el oeste del cruce con la ruta 3, el Municipio hace tres meses que no corta el pasto ni junta la basura, una negligencia que fomenta la inseguridad y contaminación. “De día no pasa nada, o por lo menos vemos quienes transitan por acá. Pero a la noche no se ve nadie. Da miedo, los yuyos llegan a cubrir prácticamente la mitad del cuerpo de una persona”, señaló Rosa.
Al frente de la estación de servicio los juegos infantiles no funcionan. Los asadores, las mesas y bancos están rotos. “Cuando inauguraron este lugar era hermoso. Los niños podían venir a jugar porque habían hamacas, toboganes y sube y baja. Pero ahora están en medio de las maleza. Está la estructura de hierro, pero las cadenas y asientos de las hamacas no existen; se robaron todo. El monumento de la avioneta que pusieron tampoco está más”, contó Ricardo, un taxista que vive en el barrio el Hornero, y que transita habitualmente por la avenida.
En el sector que da con las calles Hilario Ascasubi y Capdevilla se encuentran terrenos baldíos en estado de total abandono. Ahí también abundan los yuyos, que parecen cañaverales. Y se encuentran desechos por todos lados y de toda clase: botellas de plástico, escombros, bolsas con residuos, y hasta el esqueleto de un lavarropas y una heladera. Los vecinos dicen que por las malezas y la basura les resulta imposible caminar; y menos a la noche, cuando todos estos obstáculos quedan ocultos por la falta de luminarias.
El miedo está latente ya que no se observa a ninguna persona caminar por los costados de las propiedades abandonadas. Todos lo hacen por la vereda del frente, incluso cuando es de día. “Si sale alguien con un cuchillo u otro elemento que me cause algún daño qué va a ser de la vida de mi hijo. Soy madre soltera y mi familia no está conmigo. Ojalá nunca nos pase nada, porque no podemos evitar pasar por acá”, señaló Eugenia.
En la Escuela Modelo y el Velódromo, como así también el mismo Parque IV Centenario, están emplazados cerca de estos baldíos. Aseguran que alumnos, profesores y padres que transitan diariamente por esas calles sufren la delincuencia. “Y más por la noche ya que en el playón del colegio entrena un club de handball. Ellos terminan tarde, alrededor de las 22”, afirmó Juan José, quien tiene que pasar por esos terrenos abandonados para tomar el colectivo.
Un mamá que lleva todos los días a su hijo a la Escuela Modelo contó que la falta de mantenimiento es un problema permanente. "Nunca cortaron los yuyos, por eso están así de altos y por lo visto que a los propietarios mucho no les interesa, porque sino esto no se vería así, aparte es muy peligroso para los chicos que cruzan caminando para llegar al establecimiento”, aseguró.
El Parque en buen estado
Pero no todo es falta de limpieza en la zona. El Parque IV Centenario, delimitado por las calles Ascasubi y ruta 3, exhibe el pasto corto y sin desperdicios.
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