"Careta" ahora necesita ayuda para poder seguir con su tratamiento

Con mejor peso, pelaje más suave, la herida de la pata casi curada y, sobre todo, más feliz, "Careta" está recuperándose de a poco. Pero el tratamiento es muy largo y costoso.  Necesita hacer fisioterapia por un año, al menos día por medio pero debido a los gastos, quienes lo cuidan sólo pueden pagarle una sesión por semana. Además, necesita alimento balanceado y vitaminas, lo que le cuesta a Eduardo Garay, el proteccionista independiente que lo rescató, al menos $350 diarios. Aseguró que se le complica contar con ese dinero y que necesita la ayuda de otros para que el caballo pueda curarse completamente. El animal fue encontrado moribundo en abril y gracias a la solidaridad se  pudo salvar y fue trasladado a un campo en El Suyuque. 

Para comprar números de rifa se pueden contactar por la página de Facebook, "Ayudemos a Careta" o de lunes a viernes en el stand de la Fundación San Francisco en plaza Pringles. Cuesta $25 y se sorteará el 8 de julio.

“Debido a los costos, podemos pagarle solamente una o dos sesiones por semana. Cada una sale $400 porque los chicos tienen que trasladarse todos los días hasta El Suyuque con los aparatos. Además, tiene que seguir comiendo fardos de alfalfa por al menos un año, más avena, maíz y un complejo vitamínico”, contó Eduardo.

Ante la complicada situación, decidió, junto a la Fundación San Francisco de Asís hacer una rifa. “La idea fue hacerla en conjunto y dividir lo recaudado entre los dos para las causas que tienen ellos y para los gastos veterinarios de 'Careta'. Estoy atado a la ayuda de la gente, si no, no podría pagar el tratamiento”, aseguró. 
Explicó que la fisioterapia trabaja sobre los tendones del animal. “Es muy importante porque está reaccionando y evolucionando bien. Los especialistas, en un principio, dijeron que había que amputarla, otros, que la curemos. Finalmente nos dijeron que con un tratamiento largo se iba a curar. No va a poder usarla mucho, pero al menos le va a servir para apoyar y va a tener sus cuatro patas. Si pudiera, le haría sesiones diarias”, afirmó Eduardo.
La evolución de "Careta" en estos dos meses ha sido más que positiva.  “El tratamiento de masajes continúa, seguimos haciéndolo diariamente. La herida que tenía se lava y  limpia diariamente. Lo atiende Claudia Moreno y no cobra nada, lo hace por amor”, expresó agradecido Eduardo. 
Cuando encontraron al animal, estaba al borde de la muerte. “Debe haber estado pesando 330 kilos, cuando el ideal para un animal de su porte, debería estar arriba de los 400. Ahora calculamos que subió unos 40”, contó y agregó: “Está desparasitado, ya no tiene infección y la herida de la pata está casi cerrada. Le cambió no sólo el pelo, sino la actitud y la postura, fue una transformación al 100 por ciento”. 
Eduardo recordó que la primera vez que vio a "Careta" sintió que necesitaba su ayuda. “La sensación que percibí de parte de él fue miedo. No se podía mover pero trataba de alejarse cuando me acercaba. Justamente, porque estaba maltratado. Desde esa situación, hasta hace una semana las reacciones son totalmente distintas. Sigue siendo temeroso, pero ya no tiene desconfianza, te mira de reojo. Ya no huye, se deja curar y eso que el proceso de curación le duele un poco, por la herida”, sostuvo.
"Careta" fue encontrado el 6 de abril cerca del autódromo Rosendo Hernández. Tenía una herida infectada en una de sus patas traseras. Estaba desnutrido, deshidratado y en completo estado de abandono. Con mucho esfuerzo, lo pudieron trasladar al campo de una familia en El Suyuque, su nuevo y definitivo hogar. Su caso se hizo conocido a través de las redes sociales.

Hasta una obra de teatro en su honor
La historia de "Careta" conmovió  a los chicos de la Escuela Nº 172 "Provincia de Misiones". Tanto, que decidieron hacer en su homenaje, una obra de teatro. El viernes, en un acto por el Día del Medio Ambiente, los alumnos realizaron una representación artística para contar, a su manera, cómo fue el rescate. “La maestra Graciela Cuello me mandó una invitación para ir al colegio. Cuando vi a los chicos en el escenario, uno de ellos de caballo, me emocioné mucho. No lo podía creer, a mí me representaron como un ángel. Fue un experiencia inolvidable”, relató feliz Eduardo. Además, los chicos le regalaron una caja llena de cartas escritas por ellos y hasta un bolsón de zanahorias para el equino.