Una de las ferreterías que más atiende a los vecinos del barrio La Merced está en avenida Lafinur y 9 de Julio. Laura es una de las vendedoras y contó que “desde que empecé a trabajar hace tres meses he vendido muchísimo veneno para ratas. A tal punto que hay un vecino que viene todas las semanas y de manera graciosa me dice: 'vengo a buscar alimento para mis ratas'”.
El comercio ofrece 3 tipos de repelentes para roedores: “Uno se denomina 'quesito' (Geltek) por la forma que tiene y el olor. Eso se pone en los rincones donde andan las ratas y luego de comerlo, al poco tiempo aparece disecada. Éste cuesta 5 pesos cada uno y viene en tres colores: azul, rojo y verde”. La joven vendedora aclaró que “le recomendamos a los clientes que no lo toquen con la mano porque enseguida se impregna el olor de la persona y eso el animal lo detecta”.
También ofrecen la bolsa de Trigal, que es estricnina en forma de granos de trigo que cumple la misma función de secar las vísceras del roedor a las pocas horas de ingerido. Su valor es de 22 pesos y tiene un poco más de tiempo de duración. “Y el otro que vendemos es un veneno que tiene la misma forma de los caramelos duros de menta: ovalado y de color verde. Ése es más barato porque cuesta 3 pesos cada uno”. La otra opción es la tradicional trampa de madera y resortes, que se ofrece a 25 pesos, o la novedosa “banda adhesiva para ratas” donde el roedor se queda pegado cuando camina sobre ella y que vale 30 pesos. Laura aclaró que no venden los venenos más potentes “porque para nosotros son muy caros y la verdad es que hay que venderlos a un precio que la mayoría no puede pagar”.
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