Mochila escolar: un riesgo pesado para la columna

Cuatro de cada diez chicos sufren dolor de espalda por el sobrepeso de la mochila, o por la mala posición al llevarla. Puede que no lo noten por la costumbre de la rutina, pero su cuerpo sí lo hace. Y a la larga, los resultados pueden derivar en malformaciones”, comentó la kinesióloga Emilia González. Detectarlo a tiempo es el comienzo, aseguró, y lo que sigue es una rutina que incluye llevar sólo lo indispensable al colegio,  hacer ejercicios posturales y también deporte.

González dijo que los dolores que pueden aparecer son cervicales, dorsales, y lumbares, o sea en los tres segmentos de la columna. Si es a nivel dorsal, aparecen molestias de espalda, adormecimiento de brazos y también dolor en el cuello. Comentó que las edades más vulnerables son entre los 9 y 13, ya que según los médicos hasta los 10 años la columna está en proceso de formación, por lo cual, todo lo que se haga hasta esa edad repercute después.  La profesional explicó que en la etapa del crecimiento, el hueso se estira más rápido que el músculo, entonces el músculo queda cortado. Eso, sumado al  peso de la mochila, genera una espalda más encorvada.

Si el niño continúa cargando peso a lo largo de toda la etapa escolar, y ningún adulto lo detecta a tiempo, los problemas con los que tendrá  que lidiar son desde una escoliosis infantil, hasta una artrosis precoz. “Otros problemas son el aumento de las curvaturas, lumbares o dorsales, que son las que generan el dolor de espalda. Y también el notorio andar al caminar. Cuando ves a un niño, que sin mochila, camina como si la cargara”, expuso la kinesióloga.

Si la desviación es avanzada, y el niño ya llegó a adulto con problemas de escoliosis, todo empeora, ya que la desviación reduce la capacidad pulmonar, adelanta y agrava los dolores de espalda y artrosis, e incapacita para ciertos trabajos y deportes,  o incluso para llevar una vida normal. En estos casos, cuando la desviación supera los 45 o 50 grados, la única solución está en manos del cirujano traumatólogo, que decidirá, en cada caso, si conviene o no la intervención quirúrgica.

Evitar todas las complicaciones es más que posible. Lo principal es alivianar la mochila. Gonzalez recomendó que tanto padres como niños, aprendan a distribuir bien los útiles. Esto es: llevar sólo lo indispensable, cargando lo más pesado abajo. La forma del “equipaje”, también juega un papel fundamental. “La mochila ideal  tiene que tener tiras anchas y el respaldar  tiene que ser acolchonado. Además  tiene que incluir una tira, para que al atarla a la cintura estabilice la postura. Eso reduce la carga y no  hace doler tanto.  No tiene que ser más ancha que los hombros del niño, ni tampoco ser muy baja. Tiene que terminar justo donde empieza la zona lumbar”, aseguró. 

Otras de las recomendaciones que brindó, es que los niños realicen algún deporte. La natación es la ideal. “Si ya notaron que los chicos presentan dolores, además de la actividad física, es necesario reeducación postural, para ayudar a corregir las escoliosis, las posturas y  los acortamientos posturales. Con esas correcciones logran corregir, y si hay dolor desaparece a largo plazo”, finalizó.