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Mario Lange arma un taller para contener a los chicos sirios

Por redacción
| 22 de enero de 2017
El destacado pintor junto a los chiquitos que lo acompañaron a darle color al bulevar Illia. Ahora los pinceles tendrán nuevos dueños. Foto: Archivo

Un puñado de pinceles, muchos colores y hojas en blanco servirán para curar las heridas de un grupo de chicos que pronto llegará a San Luis. El artista Mario Lange prepara un taller de arte para chicos refugiados que llegarán desde Siria en las próximas semanas. La premisa del pintor es contener a esos niños y nada mejor que dibujar, pintar y la compañía de pibes puntanos que también participarán de los encuentros.
La iniciativa surgió del propio Lange, quien es miembro activo del comité local que recibirá a las familias sirias que llegarán a la provincia escapando de la guerra.
La idea es formar grupos de 20 chicos foráneos que llegarán hasta el atelier de Lange para entretenerse pero que, a su vez, se encontrarán con otros 20 niños puntanos. La idea es que interactúen aunque al principio no hablen el mismo idioma y tengan culturas diferentes. Mediante el arte, el juego y la música, Lange confía en que esa barrera idiomática desaparecerá y los pequeños sanluiseños harán sentir como en casa a sus nuevos amigos.
El artista plástico, que actualmente le da color a Terrazas del Portezuelo y a los puentes que cortan la Autopista de las Serranías Puntanas o la avenida Santos Ortiz, tiene amplia experiencia en trabajar con chicos.
"Es algo normal, natural en mí. He compartido atelier con miles y miles de chicos. Hoy, actualmente pasan por mi espacio chicos de Estancia Grande y turistas que llegan y si quieren, pintan. Es como una norma. Cada quince días dicto talleres a pibes del lugar y a  visitantes. Van niños de dos a los diez años. Son jornadas muy lindas", contó Lange en diálogo con El Diario de la República.
"Me parece fantástico que San Luis reciba a refugiados. Es gente que lo está pasando muy mal, que sufre la guerra. La idea de que compartan con pibes puntanos es genial. Pienso que dos talleres por semana sería ideal para que se vayan adaptando, adecuando a su nuevo entorno, su nuevo lugar. Quiero que vengan, unos veinte pequeños sirios e interactúen con veinte puntanitos. Generar el lugar, el ámbito para que esos niños puedan expresar su arte natural acompañados de nuestros chicos,  es algo maravilloso", añadió.
Pero la actividad entre sirios y puntanos no terminará allí. Después de un buen número de encuentros y trabajos, las obras serán expuestas. "Hay que generar el encuentro, que ellos interactúen. Hay que permitir ese intercambio. Los chicos sirios vivirán un cambio abrupto. Desde el paisaje, la forma de vida, el idioma. Por eso hay que dejarlo interactuar con nuestros niños, todo irá fluyendo de manera natural", expresó Lange.

 


Expresar lo nuevo
A la hora de imaginar lo que pintarán los pequeños artistas, el hombre que le pone color a Terrazas del Portezuelo adelantó que nada de lo que hagan estará ligado al pasado, a aquello que dejan los niños sirios. "Para nada buscaremos recrear aquello que han vivido los chiquitos. Lo mío es distinto. Es buscar lo nuevo, que expresen lo que viven ahora sin apuntar al pasado. Su mirada de lo que van a vivir en San Luis, su nueva vida desde ahora en adelante", reveló el artista.
"La idea es interactuar y que su llegada no sea tan chocante. Vienen de un país con guerras desde hace años. Y para un pequeño no es fácil la adaptación. Provienen de una cultura distinta e insertarse en otra no es sencillo. Por más que sea buena nuestra recepción, no será algo fácil para los chicos Desde mi taller lo que busco es ayudar a que ese cambio no sea tan brusco. Y la mejor receta es la interacción de los chicos, que jueguen con los nuestros, que se hagan amigos", sostuvo. 
Además de los chiquitos que lleguen de Siria, al taller de Mario Lange irán sus vecinos de Estancia Grande, pero las puertas estarán abiertas para todos aquellos que se quieran sumar.
"Estamos planeando cosas muy lindas. Queremos que sientan la bienvenida, que puedan pintar, dibujar, jugar, escuchar música, tomar la merienda en el taller. Tengo previsto hacer talleres de cuatro horas al menos, dos veces por semana, siempre por la tarde, para que los chicos estén tranquilos y la pasen de la mejor manera. Mi taller está abierto para todo el mundo", expresó Mario.

 


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