Volver a la facultad más tarde pero con nuevas energías

"Me voy a la facu", dice una madre, de unos 62 años, a su hija que tiene 21 y que también va a la Universidad. La mujer, la mayor, no necesariamente cursa una carrera, sino que participa del Programa de Adultos Mayores que se dicta en la UNSL.

En rigor, el programa depende de las secretarías de Extensión de la Facultad de Ciencias Humanas  y de Relaciones Interinstitucionales de la Facultad de Psicología.

Por Humanas, la coordinadora es la licenciada en Ciencias de la Educación, María Noelia Gómez; por Psicología, la responsable es la psicóloga, Marisa Ruiz.

"Es una actividad que a los adultos les posibilita seguir aprendiendo en esto de la educación permanente a lo largo de toda la vida. Como un efecto secundario adoptan la pertenencia a un grupo y la construcción unos lazos afectivos", señala Ruiz. 

"En lo que se refiere a lo psicológico se busca que ellos puedan cambiar de posición subjetiva respecto de ciertas cosas, por ejemplo los prejuicios que a nivel social circulan sobre la vejez, como esto que luego de jubilarse ya no se es productivo o no se puede aprender. Son posicionamiento subjetivos que a ellos les permiten ubicarse de otro modo en la vida y le posibilitan seguir teniendo proyectos, más allá de lo que ha construido en su vida familiar o laboral, puedan encontrar otras cosas y que no sea solamente cuidar nietos", añadió.

La perspectiva pedagógica fue aportada por Gómez que dijo que "el adulto mayor es un ser integral en donde su aspecto psíquico está acompañado por su aspecto físico, social, económico" y que "el diálogo entre la educación y la psicología, en este caso para este tipo de programas es el más acertado porque los psicólogos tienen toda una formación que permite entender lo que son los duelos, los procesos internos, y la pedagogía lo que hace es idear propuestas que las personas ajusten lo mejor posible a las necesidades que tienen en su momento y que reponsan a la propuesta de la iniciativa que tienen que ver con un proceso de educación no formal". 

"La instituciones cada vez se están abriendo más a la educación no formal, que no se preocupan tanto en los títulos y las certificaciones, sino más bien en propiciar experiencias en las personas", afirmó. 

Para dar respuestas

Ruiz explicó que este programa es parte de "una respuesta al aumento demográfico que se viene dando en relación a los adultos mayores que no sólo influye sobre el sujeto, sino que también repercute en las organizaciones sociales. Una persona puede pasar 30 años como jubilado, pero eso no quiere decir que esté jubilado de la vida", explicó.

La amplitud es enorme ya que a las personas que cursan sólo se les pide que sepan leer y escribir, como única condición.   
Gómez aclaró que no se trata de algo sólo lúdico, "buscamos que los conocimientos tengan el carácter de lo más académico posible, que sientan que pueden ir aprendiendo contenidos para romper los prejuicios de que los "viejitos" se entretienen con cualquier cosa, porque sus capacidades están plenamente vigentes". 

La licenciada en Psicología aclaró que intentan que todas las actividades tengan contenidos académicos y que se haga necesario estudiar ademas de desarrollar actividad física o manual. 

"Ellos dedican un tiempo para cursar, para estudiar, para juntarse en grupos, para discutir entre pares. Además se generan cosas más allá de lo académico sino en lo social, de pronto se organizan y salen de paseo porque se han hecho amigos", añadió sobre lo extra académico de las relaciones de los adultos mayores.

También remarcó que cursar "les sirve para romper con una serie de prejuicios con ellos mismo como 'yo no voy a poder', 'yo ya estoy viejo para ir', van quebrando esos prejuicios" y aseguró que en algunas ocasiones se animan a seguir carreras universitarias. 

Los talleres, que suman 21, se dan de lunes a viernes, cada taller es por lo general dos horas semanales y a la tarde. En la universidad y las aulas de Escuela Normal "Juan Pascual Pringles" cursan  más de 200 personas. Tienen un precio de 200 pesos mensuales que habilitan a cursar todos los espacios.

Se dictan: Jardinería y huerta, Plantas medicinales y productos de la colmena, Hacé radio: palabras mayores, Cine, Literatura infantil y juvenil, Inglés (desde el nivel I al III y la modalidad conversación).

También se dan capacitaciones sobre: Italia y su idioma, Vejez sin soledad, Inteligencia emocional, El cuerpo: una agradable vivencia sensorio-emocional, Ajedrez: jaque mate al aburrimiento, Taller de diseño de objetos y técnicas decorativas, Computación, Teatro, Actividad física adaptada para adultos mayores, Folclore y  Coro.

La génesis

Las especialistas explicaron que lo que es el programa actual surge hace 25 años, en el contexto de un proyecto de investigación a través de que comenzaron a realizar actividades en Villa Mercedes como una prueba piloto.

"Allí se hizo un primer taller al que asistieron 30 alumnos, luego se replicó en San Luis. Esto en simultáneo con varias actividades que se realizan en algunas universidades argentinas", explicó Ruiz.

Además detalló que "el proyecto de investigación sobre vejez, nació en el contexto de la Facultad de Ciencias de la Educación que luego se transformaría en la Facultad de Ciencias Humanas". 

Dijo que cuando los dos docentes que impulsaron el proyecto se jubilaron se terminaron las capacitaciones y entonces la actividad las desarrollaron netamente por Humanas, pero que tuvieron un par de años de interrupción.

"Luego se crea la facultad de Psicología y éste programa pasa a tener con dos coordinaciones, una de cada facultad", explicó la psicóloga que tiene junto a Gómez una tarea dedicada con una enorme responsabilidad.