El estadio La Pedrera lució a todo esplendor

Hubo un sueño, un anhelo de un parque. Y ese parque llegó, es La Pedrera”, expresó el locutor por los altavoces y unas 28.000 almas comenzaron a delirar con una inauguración histórica, emocionante e inolvidable. Desde anoche Villa Mercedes tiene otro ícono: con la apertura del Estadio Único, quedó oficialmente inaugurado el Parque La Pedrera. Miles y miles  de villamercedinos vivieron un anochecer fantástico que mezcló música, danzas, fútbol y color. 

“El Chulengo” aquel eterno gato cuyano de José Zabala al que Oscar Valles le puso la letra y que es casi un himno villamercedino, quedó desactualizado. Porque cuando reza ‘Yo vengo desde San Luis de los pagos mercedinos, donde está la Calle Angosta y el Río V también’ habría que sumarle a La Pedrera con todos sus elementos: el anfiteatro, el autódromo y ahora el Estadio Único. La expectativa era enorme, a tal punto que la gente comenzó a llegar muy temprano. Familias enteras cruzaron a pie el puente Monseñor Miranda. Llegaban enfundados en banderas, gorros, sombreros y camisetas de Boca o de River. La alegría flotaba en el aire.

El senador nacional, Adolfo Rodríguez Saá, tampoco quiso perderse la apertura del estadio al que llegó caminando desde el puente colgante. Unas 10.000 personas lo acompañaron y juntos ingresaron a la popular sur de la cancha desde donde siguió el show y el partido.

Poco a poco las gradas se fueron completando y las selfies coparon la escena porque, tras asombrarse con la primera impresión y la belleza del estadio, miles de fanáticos inmortalizaron su presencia a pura foto.

La gente vivió su primera gran emoción cuando los jugadores amigos de Martín Palermo y Fernando Cavenaghi salieron a la cancha para ‘calentar’ los músculos. Pero la noche recién comenzaba. Cuando volvieron a los vestuarios las luces se apagaron por completo y las 100 Guitarras Mercedinas salieron al escenario fijo que el espacio posee en el ala oeste, detrás de uno de los arcos. Los músicos interpretaron la Calle Angosta, pero el sonido fue muy malo y los instrumentos casi no se escucharon (fue el único punto flojo del show). La gente igual cantó la canción emblema de Villa Mercedes y la provincia toda.

El sexteto Escaladrum interpretó dos clásicos de Ástor Piazzolla y luego, suspendida en el aire, una bailarina con un largo vestido blanco bajó hasta el escenario desde el techo sur sujeta a dos cables de acero, y le dio paso a Elena Roger, quien cantó el Himno Nacional acompañada por Escaladrum. Todo el público la escuchó de pie y ovacionó a la cantante.    

De inmediato, la oscuridad copó la cancha y las tribunas, porque un grupo de acróbatas al compás de música electrónica mezclada con folclore dominaron las alturas y bajaron desde los techos sobre el público. Y en ambas plateas 4 piñatas gigantes se desarmaron repletas de globos y de ellas salieron más acróbatas que realizaron coreografías grupales antes de bajar y mezclarse con la gente. Las luces de miles de celulares y smartphones que grababan cada paso le daban más brillo al show.

Al mismo tiempo, en la parte alta del escenario, se desplegó una bandera gigante de 40 metros de ancho por 4 de alto y contenía la consigna del gran paseo provincial villamercedino: “La Pedrera, un parque. Toda la vida”. Un minuto más tarde una bailarina vestida de blanco bajó desde el techo sur atada a dos cables de acero y dejó sobre la mitad del campo la pelota con la que se jugó luego el partido.

El final fue a todo esplendor con un show de fuegos artificiales que se extendió por varios minutos e iluminaron el cielo de la ciudad. Chicos y grandes deliraron con las explosiones y las luces y los acompañaron con otra ovación. Las luces volvieron y los jugadores salieron a la cancha. Los más aplaudidos fueron el “Torito” Cavenaghi, Martín Palermo, Sebastián Battaglia, Ariel Ortega y Enzo Francescoli. El gobernador Alberto Rodríguez Saá saludó a los dos capitanes en el centro del campo y dio el puntapié inicial. No sólo del partido, también de un nuevo ícono de la ciudad: el majestuoso Parque La Pedrera.