Concientizar, la herramienta para prevenir los excesos

Las personas que tienen trabajos donde ven la realidad "en primera línea" son los que parecen estar más sorprendidos ante el fenómeno de las "previas" porque, según ellos, el consumo de alcohol entre los jóvenes es altísimo.

Manuel Ynmenson es enfermero en la Clínica del Sindicato de Trabajadores de la Industria de la Alimentación de Villa Mercedes, y además dirige la ONG “Manos Unidas”. Para él, la mejor forma de evitar que los chicos se excedan cuando están reunidos es generar conciencia en cuestiones que no tienen que ver directamente con la antesala a salir, sino con nuestra cultura. “El alcohol es una droga legal y está aceptada por la sociedad. Hay padres que ven como algo normal tomar una cerveza con sus hijos, incluso. Intervenir ahí es lo primero. No sólo entre los jóvenes, también con los adultos. ¿Cómo le vamos a decir a los chicos que no tomen, si ellos ven que todo el mundo lo hace?”, analizó.

Aunque la ONG se ocupa de trabajar con jóvenes que están saliendo de la adicción a narcóticos, Manuel afirmó que empezar a concientizar sobre los abusos con el alcohol, previene que los chicos pasen a otras sustancias.

"Las cosas que me movilizaron a tratar este problema, las vi en mi profesión. Muchos jóvenes a los que atendí por consumo de drogas, empezaron abusando del alcohol. Por supuesto que no todos los adolescentes que hacen ‘previas’ se vuelven adictos, pero caminan por la cornisa y muchas veces se salvan de situaciones límite", aseguró.

Para Ynmenson, la mejor manera de prevenir es abrir una alternativa saludable que involucre otras actividades. "Hay que sacarlos de las rutinas. No puede ser que los fines de semana hagan la previa en su casa, se tomen todo, vayan al boliche y pasen todo el domingo recuperándose de la resaca. Hacen siempre lo mismo, porque no les mostramos otra cosa. Hay que empezar a educarlos desde la niñez para que hagan deporte y puedan conectarse de una manera sana con sus amigos", comentó.

El enfermero opinó que no habría tantos excesos en las "previas", si las bebidas alcohólicas no fueran tan fáciles de conseguir. "Hoy se puede comprar en cualquier lado. Las normativas municipales dicen que sólo se puede vender alcohol hasta la medianoche, pero en los negocios '24 Horas' o en los supermercados que están abiertos hasta tarde, se puede ver a menores que salen con botellas de bebidas blancas, como vodka, y con algún jugo. Ese es otro de los problemas. En la previa, los chicos consumen lo que tengan a mano, lo más económico y lo más dañino. Pareciera que lo que buscan es perder el estado de conciencia. Quizás porque ellos se animan a ciertas cosas que nosotros, los mayores, no hubiéramos hecho porque nos daban miedo", estimó.

Sin embargo, Manuel aclaró que no está en contra de la venta de alcohol, sino que quiere educar para un consumo responsable. "A mí lo que me interesa es enseñar el daño que pueden causar los abusos en la bebida y que los jóvenes entiendan que no la necesitan. No hace falta estar alcoholizado para poder divertirse. Mi organización, por ejemplo, va a armar un fogón  para el 21 de setiembre donde no va a haber alcohol. Vamos a demostrarles que la diversión no se contrapone con lo saludable", afirmó y agregó que para él, "cuando comienza la borrachera se termina la diversión, porque los chicos después se olvidan de lo que pasó. No disfrutan en realidad, o disfrutan sólo esa etapa de euforia hasta la pérdida de conciencia".

En la Policía se toman otras decisiones para prevenir los excesos antes de las fiestas nocturnas. El comisario inspector Gabriel Molina, jefe de la Comisaría del Menor y trabajador social, también considera que concientizar ayuda a prevenir delitos que son consecuencias del abuso del alcohol.

El comisario recordó que la última gran iniciativa que existió en Villa Mercedes respecto a este tema fueron los denominados "padres autoconvocados".

"Ellos acompañaban a los agentes municipales y policiales que trabajaban en conjunto hasta los boliches, entraban y revisaban para ver si había menores alcoholizados. Lamentablemente, dejó de hacerse hace cinco años. Eran padres muy responsables y comprometidos, que chocaron en su tarea con otros padres más permisivos", relató el policía.

Molina lleva diecisiete años en la Comisaría del Menor y aseguró que la modalidad de la "previa" existió siempre. "Lo que cambió fue la manera de llevarse a cabo. Los chicos se juntaban para ver a qué boliche iban a ir y charlar. El tiempo pasó y las 'previas' se convirtieron en reuniones con varios chicos que se juntan a tomar en una casa. El problema es que en muchos casos salen alcoholizados al boliche. Para ese caso, desde la Policía hemos dispuesto controles cerca de los boliches, y también la misma sociedad inventó una figura: la del conductor designado. A veces los policías recibimos insultos por los operativos de alcoholemia, pero no queremos complicarle la vida a nadie. Es que las personas no les hagan daño a otras, ni tampoco a bienes del Estado".

El comisario también ve peligros en esos encuentros, cómo la entrada a sustancias ilícitas. "Hemos tenido casos de chicos que, por mezclar alcohol con otras drogas, han terminado golpeándose en estas reuniones. Solemos encontrarnos con muchos chicos alcoholizados los fines de semana que salen así de sus casas, hasta de 11 o 12 años".

El responsable de la Comisaría del Menor no ve problemas en la existencia de los locales "24 Horas", si no en que la sociedad se habituó a ver adolescentes alcoholizados.

"Perseguir a los locales 24 horas es un pretexto. Son simplemente una boca de expendio más. El problema es anterior. Mucha gente ve normal que un chico o una chica entren borrachos a un boliche. Es cierto que hay prohibiciones, pero  a quienes hay que educar es a las familias y no a los cajeros de los 24. Hay que explicarles que no es una buena idea que un adolescente se emborrache y vaya así a bailar", expresó con firmeza.

Como trabajador social, Molina organiza charlas con el aval de la Unidad Regional II de la Policía de la Provincia. "Son conferencias a las que asisten jóvenes de escuelas de Villa Mercedes para tratar las preocupaciones de los chicos desde un punto de vista social y legal. Algunos nos cuentan sus historias familiares, que en ciertos casos son complicadas, las presiones que a veces tienen de su grupo de pertenencia, o frustraciones típicas de la adolescencia. Las conferencias dan buenos frutos porque la escuela, como institución, no siempre abre los espacios para tratar estos temas", explicó.

Escrito por Enrique Massa (redaccion-vm@grupopayne.com.ar)