SAN LUIS - Jueves 16 de Mayo de 2024

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Toros "de buena ley" sobre la pista mercedina

Capilla de la Sierra, la cabaña del abogado Luis Amitrano, vendió sus vacunos bajo el  martillo de Travaglia en la Rural Río V°. Hacienda serrana para cualquier ambiente.

Por Juan Luna
| 10 de septiembre de 2017
Fotos: Héctor Portela.

Los toros de cabaña Capilla de la Sierra pisan la pista de la Sociedad Rural Río V° con facilidad. Caminan con soltura y calma ante la mirada de los cientos de productores que llegaron a llevarse algo de la hacienda que ofrecía la consignataria Eduardo Travaglia y Cía. en esa plaza ganadera siempre atractiva y pujante. Pero como los ejemplares están acostumbrados a andar por caminos duros, empedrados y llenos de pendientes, ni la voz del martillero al micrófono ni el viento que se levantó en la tarde son un problema para ellos.

 

Desde hace unos tres años, la cabaña que se erige sobre una zona montañosa conocida como Cerros Largos, comenzó a comercializar sus reproductores dentro de la feria que Travaglia desarrolla con regularidad en tierras mercedinas, y a la que se acerca un gran número de productores de la región y de algunas localidades cordobesas donde la consignataria tiene buena influencia.

 

Así, los toros y algunos vientres Aberdeen Angus criados a más de mil metros de altura, se han convertido en una alternativa más para quienes buscan padres y madres de rodeos, en el comienzo de la temporada de mayor salida de animales de raza.

 

“Venimos trabajando hace muchos años con ellos y hemos tenido mucho éxito con los reproductores porque son muy rústicos y se adaptan a cualquier zona. Los han llevado desde el pie de la cordillera en Mendoza a campos muy buenos en la zona de Sampacho, y han respondido muy bien en todos lados y ante cualquier inclemencia de tiempo”, garantizó Eduardo Travaglia hijo.

 

Los animales de la cabaña Capilla de la Sierra son criados en la estancia homónima que cuenta con unas 1.800 hectáreas, a unos 30 kilómetros de La Carolina sobre el cordón montañoso que une a las Chacras y la localidad de San Martín. Su propietario es el reconocido abogado Luis Amitrano, quien adquirió esas tierras hace casi cincuenta años.

 

"Es un campo sumamente difícil y duro. Está a 1.400 metros de altura. Eso los convierte en animales muy rústicos, y cuando bajan a mejores condiciones muestran que son realmente de muy buena calidad y tienen muy buena genética", describió, no sin una cuota de orgullo.

 

Aunque es más conocido por su trayectoria en el mundo de las leyes, Amitrano trae el gusto por el campo y la ganadería desde su entorno familiar y de su infancia. Pero en la década de 1970 decidió comprar dos potreros que antiguamente eran conocidos como 'La Valerosa' y 'Los Sauces' y unificarlos.

 

El nuevo nombre que recibió la estancia hace referencia a una capilla que el abogado y su hermano edificaron en homenaje a su madre y que luego se convirtió en el epicentro de una celebración religiosa que se repite todos los años. 

 

Para convertir esos parajes en una cuna ganadera, el cabañero tuvo que transitar "muchos años de inversión, de sacrificio y de darle forma", expresó.

 

Durante ese trajinar, el hombre probó con el desarrollo de diferentes razas, hasta que definitivamente se inclinó por los Aberdeen Angus que hoy cría de manera exclusiva. "Hemos hecho un avance tecnológico importante, en un lugar donde las condiciones no son ideales", aseguró.

 

Después de incorporar genética e invertir en vientres, una parte del rodeo alcanzó el estatus para estar registrado en la Asociación Argentina de Angus y otro plantel, aún más selecto, está inscripto en la Sociedad Rural Argentina como Puro de Pedigree. De ese grupo, el criador saca los toros que se convierten en padres en su propia cabaña.

 

Utiliza el sistema de Inseminación Artificial a Tiempo Fijo, lo que además le garantiza un alto índice de fertilidad. "Eso hizo que siempre fueron muy buscados mis animales", admitió.

 

Por ello, durante mucho tiempo vendió sus reproductores a través de operaciones directas. Pero desde hace unos años, comenzó a confiarle sus ejemplares de elite a la consignataria cordobesa.

 

De esa forma llegaron a Villa Mercedes 31 toros Puros Controlados, negros y colorados, y 24 vaquillonas con garantía de preñez, que fueron el paquete destacado dentro de las más de mil cabezas de hacienda gorda y de invernada que encerró la feria.

 

Esos toros son el resultado de la producción anual de la cabaña. "Por lo general, elegimos un tándem de entre 35 y 40 machos por año. Somos muy conscientes de la cantidad que podemos hacer y apuntamos a ese número", señaló el hombre, quien no estuve presente en el predio mercedino por una cuestión de "cábala" y porque considera que "a la consignataria hay que darle la libertad para trabajar como ellos saben".

 

Los reproductores salieron a la pista después de un largo paso de hacienda gorda y de conserva que se llevó una gran parte de la jornada.

 

Cuando pasaron los toros, Eduardo Travaglia padre, a cargo del martillo, destacó una vez más la rusticidad y la mansedumbre que mostraban al moverse por el ancho del corral.

 

Fueron 31, todos Puros Controlados, y promediaron los $39.000, con un valor máximo de $44.000 en dos lotes completos con circunferencia escrotal de entre 39,5 y 40 centímetros y pesos entre 640 y 670 kilos.

 

Luego fue el turno de los vientres, que volvieron a padecer el estancamiento generalizado que han demostrado durante una gran parte del año, en diferentes plazas ganaderas.

 

Las 24 vaquillonas con garantía de preñez de segunda parición, también negras y coloradas, salieron divididas en cinco lotes que oscilaron entre los $14.000 y los $17.000, y que hicieron trabajar un poco más al martillero.

 

Incluso antes de la subasta, Amitrano era medido con sus expectativas. Porque si bien ve un ánimo más optimista en la ganadería, sabe que este año no será tan holgado como el año pasado. "Yo saco una cuenta muy clásica. El año pasado yo vendía un ternero volando a $7.000, pero hoy me cuesta muchísimo. La ganadería económicamente no está mejor o está para abajo, al menos en la crianza que es lo que yo hago. La expectativa de los toros es semejante a la del año pasado, pero todos los insumos y todos los gastos han aumentado considerablemente", analizó.

 

Sin embargo, más allá de los números, a los 78 años el abogado sigue vigente en su estudio jurídico, pero disfruta cada vez más de la vida del campo. "Yo podría hablar todo el día sobre vacas", aseguró.

 

 

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