La carne argentina se abre camino en el extranjero

En las últimas semanas hubo cambios en el valor del dólar en nuestro país que mejoraron las condiciones de competitividad del sector exportador de carne vacuna. Además, hay que sumar los reintegros impositivos que promedian el 5% del valor FOB (Free On Board: libre a bordo) de la tonelada de carne y que también resultan una mejora para las ventas al extranjero.

Según operadores del mercado y también en función de las estadísticas del Instituto de Promoción de la Carne Vacuna, el valor en gancho del novillo tipo exportación en nuestro país ronda los u$S3,25 en pie, que con un dólar a $19,15 y con un rinde del 59% significan $39 por kilo, bien por encima de la cotización que tiene en el mercado interno donde el novillo está apenas por encima de los $30. Así, la brecha entre el novillo de consumo y el de exportación es de por lo menos un 25%, un dato que alienta el engorde de animales más pesados.

Pero para los frigoríficos el costo es en realidad todavía menor porque al precio que paga al productor se le deben descontar los reintegros, sobre los cuales no se escuchan quejas respecto a posibles atrasos en los pagos. En definitiva, el costo para la industria es de u$S3,08.

En los países vecinos hubo cambios en los precios que permitieron que el valor del novillo en Argentina empatara los números que se pagan en Uruguay y quedara por debajo del precio de Paraguay, donde por razones climáticas y de transitabilidad de los caminos la oferta se redujo notablemente. En Uruguay el precio del novillo también supera los u$S3, mientras que en Paraguay supera los U$S3,40. Sólo en Brasil están por debajo de los u$S3 por kilo en gancho.

De todos modos, se trata de una situación coyuntural que no permite festejar porque es también probable, como sucedió en tantas otras oportunidades en la historia de la Argentina, que en los próximos meses la suba de costos deje otra vez a la industria fuera de carrera o corriendo en desventaja a la hora de competir en los mercados internacionales. En efecto, el Gobierno ya anunció que se vienen nuevas subas en la energía, también continuarán los incrementos en los combustibles y en el otoño se discutirá la pauta salarial para el 2018.

Además, los frigoríficos deben enfrentar otros problemas que llevan ya un tiempo prolongado y que prometen profundizarse. Uno de ellos es la crisis del cuero, que históricamente fue el mayor subproducto de la faena, que llegó a llamarse quinto cuarto y que sirvió para que las plantas que brindaban servicio de faena a terceros pudieran cubrir todos sus costos. El precio del kilo de cuero de novillo es inferior a los $10. Es el valor más nominal bajo en dos años pero, descontada la inflación, la caída es mucho mayor.

Aun con las dificultades del caso, el escenario para el sector exportador es mucho mejor que el que hubo en la década kirchnerista. Eso se refleja en el salto que dieron las exportaciones de carne vacuna. Los datos del Ministerio de Agroindustria indican que el incremento fue del 34%.

La mejora en las ventas al extranjero tiene que ver también con la mayor demanda de China cuya participación supera el 40% del total vendido. La deuda pendiente es la de abrir nuevos mercados de valor e incrementar la participación de la carne de novillo en esos destinos.

China abre sus puertas a la carne fresca

A mediados de esta semana, el embajador argentino en China, Diego Guelar, apuró un comunicado de prensa. En él, expresó su satisfacción por haber acordado con las autoridades sanitarias de China los protocolos para comenzar a exportar cortes de carne vacuna frescos, carne con hueso y carne ovina de la Patagonia.

Por su parte, el Consejero Agrícola de la Embajada argentina, Hernán Viola, afirmó: “Constituye un hecho histórico, porque tras más de quince años de negociaciones se logró el ingreso de carne vacuna con hueso, lo que abre una gran oportunidad para diversificar nuestras exportaciones de carne dirigidas a nuestro principal socio comercial”.

Se trata de una noticia muy esperada por la cadena de la carne vacuna, que desde hace años intentó en varias oportunidades el acceso con cortes de alta calidad a un mercado que no para de crecer.

La información disponible sobre el desarrollo que tuvo en estos años el consumo de carne en ese país da cuenta de su gran desarrollo económico.

Las estadísticas del Departamento de Agricultura de los Estados Unidos (USDA) indican que China continental importará este año cerca de un millón de toneladas, pero a ese volumen se le debe sumar el tonelaje que importará Hong Kong ya que esas compras terminan en China. El total asciende a 1,5 millón de toneladas y supera por más de 100 mil toneladas al que fuera el mayor importador histórico y que ahora queda relegado al segundo puesto: Estados Unidos.

En los últimos cinco años las importaciones de carne de gigante asiático fueron creciendo a un ritmo muy alto. El salto fue del 66% cuando el comercio internacional creció de forma sostenida pero a un ritmo mucho menor: 13% en el período indicado. En 2013, importó 900 mil toneladas y para este año la previsión es de 1,5 millón.

Los cambios socio-económicos de los que tanto se habla se reflejan en la mayor demanda de alimentos, como soja para transformar en carne, leche vacuna y carne vacuna. Una población de 1.300 millones de habitantes está registrando cambios importantes en su dieta y demanda comida de calidad.

El interés por la carne vacuna de los chinos puede vislumbrarse también en las mayores exportaciones de los países del Mercosur. Argentina exportó 308 mil toneladas de res con hueso en 2017, el 46% fue a China. Uruguay exportó 433 mil toneladas y el 49% fue al país asiático. Mientras que Brasil embarcó hacia ese lugar el 40% de las 557.000 toneladas que envío al extranjero.

Mercado climático

Las lluvias siguen siendo irregulares. Hay zonas que recibieron precipitaciones que tranquilizaron a los productores porque les permitieron salvar sus cultivos y mejorar el estado de las pasturas. Hay otros lugares donde el faltante sigue siendo importante y los pronósticos dan cuenta de un verano que seguirá teniendo temperaturas altas y promedios de precipitaciones por debajo de lo normal.

Muchos esperan un bache de gordo a partir de febrero, cuando sería lo lógico que comience a sentirse la mejor salida de hacienda terminada a corral. Pero parte de esa caída en la oferta podría verse compensada con una salida anticipada de la hacienda en recría, si los campos se siguen achicando. También podrían anticiparse la venta de invernada y de vientres.

De no mediar complicaciones climáticas, aún hay expectativas por una recuperación en las cotizaciones, impulsada por la mejor disponibilidad de ganado para faena con un mercado dispuesto a sostener su consumo en 60 kilos de carne vacuna.

Los precios de la hacienda mejoraron mucho menos que la inflación. La suba promedio de precios en 2017 fue del 24,8%, pero las cotizaciones de la hacienda y de la carne aumentaron en un promedio del 15%. Un poco mejor le fue al ternero cuya suba de precios fue más cercana al 20%. En cualquiera de los casos se perdió la carrera contra la inflación, por eso se habla de recuperación de precios más que de suba, mientras los costos van por el ascensor. Según los analistas, la situación no sería muy diferente este año a lo que se vio en 2017, por eso esperan que la renta ganadera vuelva a ajustarse.