Siete de cada diez muertes por siniestros viales son en ciudades

Una camioneta golpeó una motocicleta en la que iban dos chicos, uno no tenía casco, el otro sí. Por el impacto uno de ellos -el que iba en la parte de atrás- murió. Era madrugada de año nuevo, un joven de 28 años salió en su camioneta, había tomado alcohol. Iba con un grupo de amigos y nunca se imaginó que pocos minutos después arruinaría dos vidas: la de un chico de 19 años y la propia. Ahora está detenido.

A la distancia, esta muerte se transforma en parte de una estadística que indica que de cada 10 fallecidos por siniestros de tránsito, 7 ocurren en las ciudades. El dato que parte del Observatorio Vial Provincial deja en claro que a la hora de conducir, las ciudades se transforman en una selva.

Los números son elocuentes. De acuerdo al organismo provincial, en 2017 se contabilizaron 82 personas fallecidas luego de choques en el tránsito, de ellas 61 lo hicieron en alguna de las ciudades  sanluiseñas.

La jefa del Programa Seguridad Vial, María Ana Baretto, explicó que el 75 por ciento de las colisiones que terminan contándole la vida a una persona se registran en el ejido municipal y el 25 por ciento restante es en rutas y autopistas.

“Tenemos que trabajar con los municipios, establecer planes de ordenamiento vehicular y todo lo necesario para que estas cifras desciendan. Realizamos asambleas regionales para tratar la temática pero previamente nos acercamos desde las ciudades a los parajes para conocer la problemática específica”, aseguró Baretto.

Otro dato que parece agravar la estadística, si eso fuera posible, es que el 50 por ciento de estos accidentes fatales fueron de jóvenes que tienen entre 14 a 35 años y se constituyen en la primera causa de muerte prematura de este grupo etario.

“Es necesario involucrarlos para comenzar a trabajar con esta temática”, explicó Baretto y puso en consideración algunas acciones que realizan. “Lanzamos y ejecutamos un Plan permanente de Formación y Educación Vial, que se realizó en más de 50 escuelas y que alcanzó a más de 5.420 alumnos de los tres niveles educativos. Este proceso de formación alcanza a niños y adolescentes y apunta al uso responsable y solidario del espacio público ya que muchos de ellos son peatones y otros están por convertirse en conductores o ya lo hicieron", sostuvo la funcionaria.

Uno de los argumentos esenciales que se tienen en cuenta para justificar estos procesos de enseñanza se sustentan en el que 90 por ciento de los siniestros tienen que ver con errores por parte del conductor, un 5 por ciento se debe a los inconvenientes viales y el 5 por ciento restante a problemas en la ingeniería del vehículo.

Este contexto sirvió para revisar las terminologías y comenzar a explicar que si bien está completamente enraizado, el término “accidente vial” puede comenzar a ser reemplazado ya que los accidentes no pueden evitarse, pero en cambio y en lo que respecta al comportamiento de los conductores, muchas veces son causalidades ya que se provocan muertes por imprudencias, por no usar debidamente el casco o el cinturón de seguridad, por circular a gran velocidad o hacerlo en estado de ebriedad.

“En San Luis, reducir este tipo de muertes es una política de Estado, ya que se trabaja desde varios ministerios para el mismo fin. Un ejemplo de ello es que en una sola provincia están el 40 por ciento de las autopistas de todo el país. Eso habla de una gran apuesta a la mejora de los caminos”, afirmó Baretto.

Sin embargo y para conectar la incidencia del factor humano en las fatalidades, dijo que muchas veces los conductores en las autopistas “reducen su percepción de riesgo” y aceleran, se distraen, comienzan a usar el celular y terminar en distracciones que pueden provocar despistes con vuelcos, algunos mortales.

Hacia la baja

De acuerdo a los datos del Observatorio, en 2017 hubo un 15 por ciento menos de fallecidos en siniestros viales que en 2016 y que si se toma el acumulable de los últimos años (2015 y 2016) este porcentaje desciende a un 30 por ciento. En 2017 fueron 82 las personas que fallecieron, en 2016 la cifra trepó a 96 y en 2015 a 117.

Estos números sufrieron una 

modificación respecto de los publicados inicialmente, es que los parámetros internacionales de la Organización Mundial de la Salud (OMS) establecen que las víctimas fatales no son solamente las que mueren en el siniestro, sino también aquellas víctimas graves que pierden la vida hasta 30 días después del hecho.

Por ello debieron realizar un recuento de las cifras. En el año 2015, sin tener en cuenta a los fallecidos en los centros de salud eran 102 y no 117. En 2016 se registraron 96 y no 91 como se contó originalmente.

Baretto calculó que en los años anteriores al 2015 pudo haber más muertes porque no existía este observatorio, que es la plataforma donde se concentran todas las estadísticas. Además explicó que ese seguimiento contempla conocer el dato sobre si las personas quedan con discapacidades permanentes o parciales.

Más capacitación

El Programa Seguridad Vial lanzará en las próximas horas una acción tendiente a generar más conciencia entre las personas que circulan por las rutas y autopistas provinciales y que tendrá muchos puntos en donde se dará información. Fundamentalmente en las estaciones de peajes.

Baretto explicó que esta compaña se inicia en verano, pero se extenderá durante todo el año y tendrá como eje el apelar a la sensibilidad más que a las sanciones.

Para llegar a este resultado, Baretto explicó que “ se dio una importante renovación del parque automotor para la Policía, la creación de nuevas funciones dentro del Programa Seguridad Vial como el Observatorio Vial Provincial y la primera oficina a nivel de gobierno de Contención integral a víctimas y familiares de siniestros viales”, contó.

“Se asistieron a 15 familias de manera integral, en los aspectos que tienen que ver con lo social, lo psicológico y jurídico. Se ayudó a las personas que perdieron una familiar o que sufrieron alguna discapacidad tras un siniestro, pero sobre todo también se creó la Guardia Vial, que es un grupo de personas que colabora en coordinación con la Policía en tareas de prevención. Y el equipo de capacitadores que ejecuta el Plan de Educación y Formación Vial en todas las escuelas de la provincia.