Milagros Sánchez es una chica de "10"

Milagros Sánchez respira polo. Es de Concarán. Tiene 18 años y hace más de diez que practica esta disciplina. Siempre dice que aprendió primero andar a caballo y después a caminar. Es una de las máximas esperanzas a nivel nacional. Tiene 6 de handicap y apuesta por un 2019 con más títulos. Esta temporada, además de los logros con sus equipos, fue Destacada por El Diario y elegida como la mejor polista en la Fiesta que organizó el Círculo de Periodistas Deportivos de San Luis.

Ganó torneos en Argentina y en otras partes del mundo. Cada vez que hay un certamen en Buenos Aires, le suena el teléfono para invitarla. Todas la quieren en su equipo. Es talentosa, perfil bajo, no le gustan muchos los micrófonos, habla dentro de la cancha. Su hábitat natural es en un campo de polo, haciendo maravillas con el taco y la bocha. Encarando los mimbres para buscar el gol.

Después de varias vueltas olímpicas. Se tomó unos días de descanso. Tuvo su fiesta de egresados y su viaje a Brasil con los compañeros del cole. Quiere ser contadora, pero el polo es su gran amor. Se las va a ingeniar para hacer las dos cosas.

Viene de una familia donde todos juegan al polo. Su papá Juan Carlos y su hermano Ezequiel también son del mismo palo. Los Sauces es el club de sus amores. Ahí comenzó a galopar y a taquear, a sentir ese amor por un deporte que abrazó de muy pequeña. Se crió entre las patas de los caballos, viendo como su papá y su tío jugaban.

"Todo esto se lo debo a mi familia. Son increíbles, sin el apoyo y el amor de ellos, no podría haber logrado lo que logré", dice una y otra vez con voz firme y segura.

 

Tiene bien claro el horizonte, no se le nubla la vista. Los mejores equipos del país la llaman para jugar, pero ella no se la cree, sabe que tiene mucho para aprender. Escucha los consejos de los viejos, de la familia y nunca descuidó el estudio. Siempre tuvo bien en firme que quería ser jugadora de polo, pero también sabe que paralelamente debe estudiar. Eligió contadora, tal vez para llevar los números de la cantidad de goles que le quedan por hacer.

Milagros Sánchez, esa piba que siempre está con una sonrisa a flor de piel, que de muy chiquita acompañó a su papá a las canchas de polo, es la misma que hoy brilla en los distintos escenarios. Sabe que lo mejor está por venir.