Ni la familia ni la Justicia manchadas

A finales de la semana pasada el fiscal Marcelo Palacio Fernández le había anunciado a El Diario que la siguiente sería una semana clave en una investigación para determinar si un camionero abusó de una adolescente que se había ido de su casa de Villa Mercedes. No sólo para empezar a dilucidar si realmente el conductor se propasó con la chica, sino también para echar luz en un rumor que puso rojos a más de uno en los tribunales de la Segunda Circunscripción. Y eso último era establecer si Candela Escobar, la hermana del camionero y secretaria del Juzgado de Familia y Menores 2, no le tendió una mano al chofer para sacarlo del lío en el que parecía inmerso cuando trascendió que había estado con la menor en Juan Jorba.
Según lo que los policías de la Comisaría del Menor, la madre de la adolescente y una vecina que había ayudado en la búsqueda le dijeron a la jueza instructora Mirta Ucelay, ningún funcionario judicial se aprovechó de su puesto para lanzarle un salvavidas al camionero y evitarle así un dolor de cabeza o, en el peor de los casos, una aprehensión. 
Esas dudas que pesaban sobre la secretaria y, en consecuencia, sobre la jueza interina Lorena Alejandra Báez quedaron así respondidas, al menos, para la Justicia que, por lo visto, no tiene que lamentar que algunos de sus empleados haya violado lo que tanto defienden: la Ley.