Mucho más que decir disparates: hacer obras concretas

Más allá de los matices de la política, hay una coincidencia casi absoluta en que la Argentina se encuentra en un momento muy difícil, y que los próximos meses serán francamente duros. Sobre todo para los más humildes. Incluso, quienes integran la “famosa” clase media, verán seriamente disminuidos sus ingresos. El endeudamiento, el déficit de las finanzas públicas, los despidos, la caída de los salarios y del consumo, la inflación, el incremento  desmedido de las tarifas, el alza del tipo de cambio, tantas otras variables cuyo comportamiento no se vaticina estable en el corto plazo. Y esa inestabilidad no augura cambios favorables para la economía del país. Y mucho menos para las economías domésticas. Ésta es la realidad. Algunos dirigentes, algunos gobernantes, afrontan estos problemas con mucha seriedad. Otros prefieren enunciar algunas frases que francamente cuesta mucho analizar, sin caer en cierto espanto, que intenta evitar cualquier calificación, pese a que ésta surja elocuente: Por ejemplo los dichos recientes de una legisladora de la Alianza Cambiemos: “…hay desesperanza sobre los salarios, pero recomiendo que la clase media y media alta, igualmente, den propinas y changas, aunque cueste. Cuando nos ajustamos dejamos de dar estas ayudas, que le permiten subsistir a millones de personas…”. Las herramientas disponibles impiden suponer que es falso, o que son inventos o falacias. Se la escuchó y se la vio en vivo. No hubo reacción de su interlocutor. Puede ser ciega adhesión o estupor. Nunca lo aclaró. Otros comunicadores bien cercanos al gobierno nacional actual eligieron argumentar que, si bien se trata de alguien valioso y prestigioso, “a veces dice algunas boludeces”. Debe colegirse que se está frente a una de esas veces. Lo interesante es lograr determinar la razón de estos dislates verbales: ¿son malos momentos? ¿Son parte de una estrategia para sacar el foco de la crisis? ¿O son la expresión de un pensamiento francamente incomprensible y desgraciado? Es quien más votos obtuvo en la última elección legislativa en la “paqueta” Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Se la presume sagaz e instruida. Y ante tamaño desastre, habla de “changas y propinas”, sin contar el fallido que la lleva a hablar de “coimas”. Es así, se trata de la legisladora insignia del oficialismo. Habría que revisar la opinión de John Maynard Keynes sobre el tema. Parece algo elevado para la pobreza del aporte, pero nunca se sabe…

Está claro que mejor que tan desatinados dichos, son hechos concretos. En estos días el Gobierno de San Luis enunció medidas concretas, serias, contundentes, inclusivas. Absolutamente atinadas al momento que se vive. La coherencia se puede sintetizar en el fondo anticrisis. Si llegó la crisis, cabe utilizarlo. Y hacerlo bien, y sumarlo a otras tantas medidas pertinentes, pensadas para los más humildes, y de la periferia al centro. 

Se debe aclarar que la enumeración es desordenada e incompleta. Son muchas obras, y deberán ser evaluadas y valoradas en profundidad: la repavimentación de la ruta provincial Nº 55 Sur; la construcción del Camino de Circunvalación del dique Cruz de Piedra. Un puente colgante sobre el río Quinto, que vinculará La Florida con Balde de la Isla. La construcción de plazas y de salones de usos múltiples en los barrios de la capital puntana, de Villa Mercedes y de varios parajes del interior provincial.

La ampliación de la fibra óptica provincial, cuya red sumará 540 kilómetros. Se continuará la entrega de tablets a todos los alumnos de primer grado y la distribución de mini y megamicroscopios para que los chicos trabajen en clase o cumplan tareas y proyectos en sus casas.

 La construcción del Hospital Central de San Luis (en el predio de la actual Residencia Oficial del Gobernador), junto al Centro Oncológico Integral (400 camas con la más alta tecnología existente: con 16 quirófanos, residencias médicas, sala para conferencias, biblioteca, un laboratorio de última generación, terapia intensiva y un centro de diagnóstico por imágenes).