Aunque en otra fecha, quieren concretar la caravana a Renca

Ni la pandemia ni el dolor de una pérdida podrán calmar la fuerza de la fe de los fieles del Cristo de Renca. Aunque las restricciones nuevamente impiden hacer las celebraciones de forma presencial, los integrantes de la Caravana de la Fe quieren concretar su tradicional bicicleteada aunque deban posponer la fecha para un momento en el que las medidas sanitarias lo permitan.

Este año hubo otro suceso que puso en duda la continuidad de la comitiva que viajaba desde Villa Mercedes a pedal todos los 1º de mayo para honrar al santo. Alberto Eugenio Llambías, el principal organizador, falleció el 6 de abril tras un infarto, pero sus cuatro hijas decidieron ponerse al frente de la comisión y seguir con la tradición en memoria de su padre y de su abuelo, también llamado Eugenio, quien había comenzado con la iniciativa hace 41 años.

"Después de lo que pasó con mi papá, toda la gente nos hizo llegar su afecto y se acercaba para decirnos que quería continuar con la caravana y que nos iba a acompañar y dar su apoyo", contó Eugenia, la menor de las hermanas.

El hombre ya tenía encaminada la logística para una nueva edición tras no haber podido hacerla de forma masiva en el 2020. Había lanzado una rifa con la que habitualmente lograba achicar los costos y hacer que la inscripción no fuera tan onerosa para los participantes. Había preparado un protocolo y lo había presentado al Comité de Crisis, en el que comprometía a hacerse hisopados a todos los que viajaran, y ya había acordado con los colectivos que suelen asistir a quienes van sobre dos ruedas, entre otros detalles.

"Nos juntamos con un grupo de ciclistas muy allegados a él, quienes lo ayudaban en la toma de decisiones. Pusimos en un libro de actas que las cuatro hijas íbamos a continuar. Ellos firmaron que estaban de acuerdo y para ser transparentes, como él lo era, vamos a exponer todos los ingresos, los gastos y las donaciones que se reciban", explicó.

Sin embargo, el estado epidemiológico de la provincia, la prohibición de hacer ceremonias religiosas con fieles y la necesidad de tener más tiempo para ponerse al día con la organización hicieron que las mujeres postergaran la fecha. "La idea es que disminuya la cantidad de casos, que se tranquilice todo y nos den tiempo de acomodar todo lo que conlleva esta tradición. Nos gustaría hacerla en algún feriado de agosto y septiembre, para que también pueda venir la gente de otras localidades y provincias", se sinceró Gabriela.

No todo es nuevo para el cuarteto de hermanas. Siempre colaboraron de cerca con su padre, junto a sus parejas y sus hijos, como lo hizo también su madre, hasta que falleció hace cinco años. "Cada una tenía una función diferente y se ocupaba de algo. Para nosotros es una actividad y una tradición familiar", contó Valeria.

Casi 140 kilómetros son los que separan a Villa Mercedes de la localidad de Renca y cientos de personas salían a las 6 de la mañana para llegar a saludar al patrono. En el medio, superaban los caprichos del viento, el cansancio de las piernas y todas las dificultades que se les presentaban en el camino. "Ese logro de llegar hasta allá para él era muchísimo, le apasionaba que la gente pudiera cumplir sus promesas. Tenía un amor muy grande al Cristo de Renca", expresó Carina.