Mariana Päraway: mendocina, de alcance global

Luego de suspender dos veces sus fechas en San Luis, Mariana Päraway se sacó la mufa de las restricciones y se reencontró con un público amable, que la recibe con mucho cariño cada vez que viene. La cantante mendocina, representante femenina y avanzada de una camada de músicos surgidos de la provincia vecina que sorprendió a la escena musical del país, tiene argumentos de sobra para recibir el amor de la gente.

En el primero de los recitales, el calor humano abrigó la fresca noche del viernes en “Al Fondo”, que abrió su hermoso patio para recibir a Mariana, a la cordobesa Rudy Pamela y a la anfitriona Yeka Ramos. Con un muy buen marco de público, las tres músicas armaron una noche cálida y sorprendente.

La primera en subir fue Pamela, una muy talentosa compositora que a fuerza de simpatía, canciones sólidas y algunas frases memorables (“En la puerta tenemos discos para vender. ¿Todavía se usan los discos?”), entró por la puerta grande y salió por una inmensa con una versión de “Yo quiero estar con vos”, de Kapanga, en modo after hour.

Le siguió Ramos, visiblemente emocionada por un combo de sensaciones que aglutinaron: su cumpleaños, los aplausos de muchas de sus amigas en la primera fila, el regreso a tocar en vivo y la presencia de su padre en una de las mesas. Para completar el círculo emotivo presentó “Solo amémonos”, del próximo disco de “Nosotras tan bien”.

Tras ella, Mariana demostró por qué es una de las más grandes músicas de la región surgidas en los últimos años. Loops, programaciones, guitarras, melodías potentes, experimentaciones bailables y una postura de pasajera en tránsito perpetuo conformaron un set que, no por breve, terminó por ser fabuloso.

La sola presencia de "Verne y el faro" y "La belleza del error" son suficientes para elevar la calidad de cualquier concierto. A eso se suma la onda de Mariana y la comodidad que sintió en todo momento sobre el escenario.