Comenzó la novena en honor a San Roque

En la Parroquia San Roque, como todos los 7 de agosto, empezó la novena que invita a los creyentes a meditar, orar, y acercarse a la misa que celebra el padre Ignacio Daminato, quien hace dos años volvió a ser el responsable de este templo, ubicado en avenida Justo Daract, en la ciudad de San Luis.

La novena, como lo indica la palabra, son nueve días en honor a San Roque. “Es un tiempo de gracia para la comunidad que lo celebra. Le permite a la gente, en esos días, meditar sobre la lectura del santo para poder imitarlo y acercarse a la santa misa en oración”, señaló Daminato.

Aseguró que cada novena tiene una intención distinta y una motivación por la cual rezar. “En el caso de San Roque comenzamos el 7 de agosto y termina el 15”, dijo. El día 16 es la fiesta, donde los creyentes concurren a misa y realizan una caravana de autos por la calle Justo Daract.

Afirmó que las novenas se desarrollan, desde las 18, de modo virtual y presencial, siempre dependiendo de la capacidad del templo y respetando todos los protocolos que el Comité de Crisis dispuso desde que comenzó la pandemia para poder evitar los contagios.

“Si la gente elige la virtualidad lo transmitimos por Facebook (Parroquia San Roque SL), YouTube, y canales de cable. También de un modo presencial, manteniendo el distanciamiento y respetando la capacidad de la parroquia, que se amplió un poco más en estos días. Con esto seguimos buscando mantener el distanciamiento social, el uso del barbijo y, por supuesto, la utilización del alcohol en gel”, explicó Daminato.

El religioso señaló que en la Parroquia San Roque ayer también festejaron el Día de San Cayetano con una bendición de panes y trabajo después de las 12. A las 18 se celebró una misa en su representación.

La devoción en pandemia

A causa de la expansión de los casos de coronavirus, al comienzo de la pandemia tuvieron que cerrar sus puertas o restringir el aforo muchos espacios cerrados que frecuentemente contaban con una concurrencia significativa de personas. Los cultos no fueron la excepción.

Los fieles que asistían todos los fines de semana a los templos debieron adaptarse a la virtualidad, un mundo completamente distinto, más que nada, para las personas mayores. Aun así, la fe y la creencia nunca perdieron su ritmo, ya que, según Daminato, se multiplicó la gente que sigue los oficios religiosos.

“Realmente ha sido hermoso ver como personas mayores, que están solas o enfermas, siguen la misa a través de la virtualidad; incluso piden intenciones o mandan fotos de sus seres queridos. Esto a muchos les ayudó al retomar el hábito de seguir la misa todos los días, incluso a las personas que estaban acostumbradas a seguir la misa dominicana”, aseguró Daminato.