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Malla, más que una prenda

Se viene el verano y con él una prenda que hoy es parte de nuestra cotidianidad pero que costó una revolución para que las mujeres tuvieran el derecho de usarla.

Por redacción
| 27 de noviembre de 2023

Por Dafne Palacio

 

meldafnefox@gmail.com

 

 

La historia de la bikini comienza hace miles de años. En un mosaico siciliano del 1600 A.C. donde se pueden observar a varias mujeres vistiendo un traje similar. Aunque el primer dos piezas del que se tiene constancia se remonta a la época romana. En la antigüedad se usó principalmente para practicar deporte o actividades atléticas. Se cree que estas podrían ser las primeras muestras de lo más parecido a lo que hoy conocemos como bikini. Una prenda de vestir compuesta de dos piezas de ropa que dejaba al descubierto los hombros, el abdomen y las piernas, pero la moral religiosa sobre la libertad y el cuerpo de la mujer hizo que cayera en el olvido, imponiéndose modelos que cubrían prácticamente toda la piel, hasta que fue reinventada 2.000 años más tarde.

 

A principios del siglo XIX las mujeres tenían prohibido bañarse en el mar. Utilizaban las denominadas “ropa de costas” para pasear por la playa, pero no para meterse en el agua. Cuando los médicos comienzan a recomendar el ejercicio físico, se inicia el uso de prendas para nadar. Se extendía la creencia de que el agua salada era buena para la salud, pero todo lo que estuviese relacionado con la sensualidad estaba prohibido y se evitaba un exceso de tiempo en el agua que llamara la atención de los hombres.

 

En la segunda mitad del siglo el conjunto se dividió en dos piezas, incorporando el calzón largo o “bloomer” que se asomaba bajo una túnica generalmente ceñida a la cintura. Cubrían todo el cuerpo, de las muñecas hasta los tobillos, se usaban sombreros para evitar broncearse (símbolo de status social), y acompañados de medias para no exhibir las piernas. A la hora de meterse en el agua, toda esa ropa se convertía en mucho peso, un montón de tela que quedaba pegada al cuerpo y la movilidad era un problema. En ocasiones las mujeres utilizaban pequeñas cabinas de vestuario con ruedas para ser transportadas hasta la orilla del mar, lejos de la mirada masculina.

 

Para resolver estos problemas, a principios del siglo XX, la nadadora Annette Kellerman usó por primera vez un diseño propio compuesto de una sola pieza muy ajustada, sin mangas y similar a los que usaban los hombres en esa época. Fue arrestada por lucirlo en público en Boston; aunque el público la apoyó ampliamente. Su causa salió en todos los diarios y esto generó el principio del fin de la actitud y moral victoriana de represión sexual, baja tolerancia ante el delito y un estricto código de conducta social hacia los trajes de baño femeninos. Por aquella época estaba prohibido que las mujeres enseñaran más de 15 cm de muslo empezando a medir desde la rodilla, y para que se cumpliese la ley, en cada playa había lo que se conocía como el "medidor de bañadores", un hombre encargado de vigilar a las mujeres. Poco después, los primeros trajes de baño de una sola pieza llevaron su nombre y eran conocidos como los Annette Kellerman, que se puede decir que son los trajes de baño que preceden al conocido “maillot”, enteriza o traje de una sola pieza.

 

 

Hola escote

 

En el siglo XX la evolución del bañador va unida al cambio que experimenta la sociedad, donde el traje de baño se acorta. La mujer comienza a participar en competiciones deportivas y el bañador se transforma. En la primera década de este período se utiliza el mono de algodón y se introducen elementos de moda para aquellas mujeres que visitaban la playa. En 1920 comienza la real industria del traje de baño que consistía en un tipo de minivestido que aún escondía las formas del cuerpo. La tendencia sigue siendo la línea recta en la silueta femenina, pero las sobrefaldas desaparecen y aumenta el escote. Se convierten en un conjunto de moda, aunque seguían siendo conservadores.

 

 

Aparece la silueta

 

La liberación de la silueta femenina llegó en 1930, cuando las siluetas ajustadas y los escotes llegaron a las playas y piletas. Se introducen definitivamente materiales elásticos como el nailon o el látex, que contribuyen a una mayor comodidad cuando se moja, pesan menos y son de secado rápido. Una tendencia de estas décadas fue dejar la espalda descubierta, los hombros y, en algunas ocasiones, también gran parte del abdomen, volviendo cada vez más sensual el traje de baño. Aún así, nunca debía mostrarse el ombligo: así lo indicaba el “Código Hays”, que imponía lo que se podía exhibir y lo que no en las películas estadounidenses de Hollywood. En estos años era habitual ver a las actrices posando con este tipo de bañadores para promocionar sus películas.

 

 

A un ombligo de la libertad

 

La cuestión del ombligo no se resolvió hasta 1946 cuando nació la “bikini moderna” tal y como la conocemos hoy. El traje de baño femenino experimentó el mayor cambio en este año gracias a un diseñador francés. La historia cuenta que Louis Réard, un ingeniero mecánico francés, tuvo que hacerse cargo de la empresa de lencería de su madre en los años 40 y decidió dedicarse de lleno al diseño de indumentaria. Mientras pasaba sus vacaciones en la playa de Saint Tropez, notó que las mujeres se arremangaban sus largos e incómodos trajes de baño para conseguir un mejor bronceado, lo que lo inspiró para diseñar un traje de baño que tuviera la panza expuesta, pero que siguiera cubriendo el ombligo. Así, dio a conocer una novedosa prenda de baño femenina que se alejaba de todo lo existente hasta entonces y desafiaba las estrictas leyes morales y de conducta que tanto caracterizaban a la sociedad.

 

Poco después presentó el primer bañador, también compuesto por dos piezas, pero sí se atrevía a mostrar el ombligo. No fue fácil para el diseñador encontrar una mujer que quisiera servirle como modelo, pues todas temían la reacción de la opinión pública, quien lo consideraría como algo vulgar en ese momento. Sin embargo, el 5 de julio de 1946, sobre el cuerpo de Michelle Bernardini, una bailarina de casino, lució la primera bikini pública de la historia. La presentación tuvo lugar en la piscina Molitor de París. De hecho, fue ella quien le puso nombre declarando que la prenda iba a ser "más explosiva que la bomba de Bikini", refiriéndose a las pruebas nucleares que Estados Unidos realizaba en las Islas Marshall, un paraíso escondido en pleno Océano Pacífico.

 

 

Apertura social

 

A pesar del entusiasmo inicial que generó la nueva creación, el rechazo a la explosiva prenda de baño continuó durante algunos años. Por razones puramente morales su uso no consiguió popularizarse, la bikini tuvo que esperar su momento de protagonismo a fines de los 50 y principios de la década del 60. Pero fue gracias a la normalización que hicieron actrices, cantantes, modelos y los propios medios de comunicación que se consiguieron superar los principios morales de la sociedad y abrirse paso. Como Brigitte Bardot, una de las pioneras que impulsó una mayor apertura social y política en occidente. Más tarde, su papel en "Y Dios creó a la mujer", de 1957, animó a cientos de mujeres. Luego sus compañeras de Hollywood siguieron sus pasos como Ava Gardner, Rita Hayworth, Marilyn Monroe o Elisabeth Taylor, entre otras, quienes también fueron fotografiadas luciendo el traje de baño de dos piezas que dejaba el ombligo al descubierto.

 

 

Bikinis de armas tomar

 

Una de las escenas más recordadas del cine es en 1962 cuando la actriz Ursula Andress surgía del mar en la película “Agente 007 contra el Dr. No” luciendo una bikini blanca con cuchillo de caza y cinturón incluidos. Un momento que confirmaba los deseos de la sociedad de poder vestir como quisiera.

 

En los años 60 la bikini ya era una prenda totalmente popular y accesible para todo tipo de mujeres, quienes progresivamente y a lo largo de las siguiente décadas la integrarían en su vestuario, un lugar del que desde entonces no ha desaparecido.

 

 

Los triangulitos entraron al grupo

 

En los años 70 las minibikinis aumentaron su popularidad. Se le dio la bienvenida a los "triangulitos" y la parte inferior también adoptó una versión más chica dejando más piel al descubierto, pero con corte a la cadera. Algunas teorías apuntan a que la reducción del tamaño de la bikini tuvo que ver con la aparición de las primeras tangas, llevadas a la fama por Rudi Gernereich, quien diseñó una versión de la prenda en 1974 para hacer frente a la prohibición nudista de las playas de Los Angeles.

 

 

De estampados y series

 

En los 80 el panty del traje de baño tenía un corte más alto, muy cavado de hecho, todo lo contrario a los años 70. Las bikinis por encima de la cadera fueron todo un éxito. Además de los estampados floreados, el animal print y el estilo psicodélico con colores muy fluorescentes.

 

Años más tarde, en los 90, los trajes de baño de una sola pieza volvieron a estar de moda gracias a la serie de televisión “Guardianes de la bahía”, donde se veía a la actriz Pamela Anderson corriendo por las playas de California luciendo un espectacular bañador rojo y volviéndose una tendencia eterna. Gracias a su aparición hubo una explosión de la prenda. De ahí en más, se instaló en el guardarropa de las mujeres en todo el mundo, de todas las edades, estaturas y estilos, para mostrar su figura y acentuar sus curvas.

 

 

Bienvenidas al siglo XXI

 

Con el cambio de siglo empiezan a verse bikinis triangulares de colores vibrantes, aunque solo en cuerpos muy delgados y estilizados. No obstante, en los últimos años empieza a verse un cambio de mentalidad, más cerca del mundo real, se introdujeron talles grandes a la fabricación de bikinis. Las opciones de bikinis para todo tipo de cuerpo ayudaron a promover la aceptación del cuerpo en mujeres de todas las tallas hasta la actualidad.

 

A lo largo de los años, ha cambiado de forma y diseño. Desde ese lejano primer modelo que provocó tantas protestas y manos en la cabeza, la bikini ha ido evolucionando según los estilismos de cada época y ha llegado a nuestros días como uno de los indispensables de cada verano. La oferta actual es entonces una recopilación mejorada de todo lo bueno de la bikini desde su creación hace 70 años, cuando nadie quería usarla.

 

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