La debacle de Mauricio Macri

Mauricio Macri dio otro paso en falso. Se presentó en las elecciones de Boca con la clara intención de usar al club como trampolín para intentar resurgir en la política. En los pasillos de “La Bombonera” se dice que quiere seguir escalando en la FIFA y un puesto importante en el "Xeneize" era un buen paso para lograr su cometido.

Lo que nunca pensó Macri es que los socios le iban a dar la espalda. Y con justa razón, ya que del otro lado estaba Juan Román Riquelme, quien es sinónimo de Boca. Mientras el "10", en su campaña, hizo hincapié en que "La Bombonera no se toca y el club es de los socios", en la oposición apuntaron a hacer un nuevo estadio, con la clara intención de sacar a Boca de su lugar en el mundo, sin importarle el sentido de pertenencia de los jugadores e hinchas.

Los 30 puntos de diferencia que le sacó Riquelme a Macri es la clara muestra de la debacle del gran perdedor de estas elecciones, quien hace un tiempo a esta parte viene en caída libre. Parece que a Mauricio no le alcanzó con dividir al PRO: ahora lo intentó con Boca, pero los socios se expresaron y salieron a bancar a Román.

"Boca es de los socios y no vamos a permitir que un par de personas quieran privatizarlo. Si eso pasa, no votamos nunca más, pero por suerte el hincha ama al club y apostó por gente que siente lo mismo que ellos: amor por Boca", aseguró Riquelme.

Macri sabía de antemano que no tenía chances en las elecciones. Es por eso que mientras se daba la votación en “La Bombonera”, viajó a Arabia Saudita invitado por la FIFA para estar en el Mundial de Clubes. "Compromisos de antemano me imposibilitaron estar en las elecciones", adujo. Pero, ¿qué más importante que estar en los comicios del club donde se presentó como candidato a vice?

La oposición encabezada por Macri, aunque haya ido de vice, puso muchos palos en la rueda. Las elecciones en un principio iban a ser el 3 de diciembre. Denuncias y más denuncias, con la complicidad de la Justicia, hicieron que se suspendieran. Un par de cambios de jueces. Hasta que se decidió que se realizaran el 17, pero nada de todo eso sirvió para cambiar la historia que ya estaba echada. Los socios querían y quieren un Boca libre. Un Boca que sea de los socios. Un club con más disciplinas deportivas. Un club democrático, donde cada cuatro años haya elecciones. Todo lo contrario buscaba Macri, quien quería privatizar. Pero detrás de eso estaba su ego personal: aspiró a usar a la institución para resurgir en la política, después de varios reveses. Su meta no era ayudar a Boca, su plan era llegar a un cargo más alto en la FIFA o, tal vez, en el país.

Quienes tuvieron la chance de verlo de cerca cuando se embarcaba a Arabia Saudita dicen que su cara era de resignación. Con el teléfono en mano hablaba y hablaba, pero parece que del otro lado no llegaban las respuestas que quería escuchar. Ya en Arabia Saudita, y con el resultado puesto, se lo vio con mucha preocupación. Sabiendo que esta nueva derrota, y por paliza, le iba a restar más puntos de los que ya perdió.

En Boca tienen la tranquilidad de que el club seguirá teniendo sentido de pertenencia. Mientras que Mauricio Macri sabe que entró en picada libre y que este paso en falso confirma su debacle.