Calle Angosta Rock, un megaencuentro de bandas que comenzó en marzo
En tres días, el festival villamercedino mostró un mapa del rock provincial y a cuatro bandas de la escena nacional.
Bandas de renombre nacional, buena concurrencia, un panorama general de la situación musical en San Luis, entradas muy accesibles y la necesidad de mantener en el tiempo el nombre del festival fueron algunas de las vistas que dejó la sexta edición del Calle Angosta Rock, que dio inicio al fin de semana más largo del año y significó el cierre de una temporada de shows de primer nivel que pasaron por Villa Mercedes en la primera mitad de 2023.
Las tres noches que se vivieron en el anfiteatro “Alfonso y Zavala” fueron, en realidad, la parte final de un megaencuentro de bandas que comenzó en marzo, con presentaciones en los barrios de la ciudad, y que clasificó a 30 grupos de toda la provincia. Fueron en total 90 bandas que evidenciaron la variedad de géneros y estilos que se tocan en San Luis.
Un extracto de esa multiplicidad se escuchó y se vio el fin de semana, con algunos puntos altos como “Non stop”, la incursión solista de Manu Tolosa, las sorpresas de “Surmenage” y “Failed attempt”, y la prolijidad de “Fangal” y “Volver a tierra”.
La organización diferenció, entre las agrupaciones de la provincia, aquellas que por su trayectoria fueron invitadas a participar del encuentro sin pasar por el certamen eliminatorio. Justamente por su experiencia y por la composición de una relación estrecha con la gente, grupos como “Daltónicos”, “Alissiafranka” y “Passaje” fueron una garantía que tocaron cerca de los artistas nacionales.
El Calle Angosta Rock repitió una forma de organización mixta que hasta ahora tuvo buenos resultados. Hay una comisión externa integrada por músicos, periodistas, gestores culturales y productores que se encarga de todo el trabajo previo y cuenta con la colaboración y el auspicio de la Municipalidad y el Gobierno de la Provincia.
Acaso haya quedado como cuenta pendiente la instalación de una manera más cómoda y moderna de conseguir las entradas. Es cierto que la industria de la música discute por estos momentos la participación de las plataformas que venden tickets, pero no parece ser esa la razón por la que en el Calle Angosta Rock las entradas se podían comprar solo en el lugar del festival, durante esos días (no hubo venta previa) y únicamente con dinero en efectivo. Muchas condiciones para un público que ya está acostumbrado a comprar por medio de un par de clicks.
En el aspecto musical, la presencia reivindicatoria de “Catupecu machu”, el sábado, significó el momento más alto, debido a dos aspectos que acompañan al grupo de Fernando Ruiz Díaz en sus presentaciones en vivo: emoción y energía. El regreso de Abril Sosa, el baterista original, aportó a esos dos estados.
“Eruca sativa”, por su parte, derrochó su habitual energía y apostó a los temas de su nuevo disco, lo que le quitó algo de comunicación con su gente, siempre dispuesta a celebrar al trío. El caso de “La mancha de Rolando” fue como el reencuentro de viejos amigos. La banda y en especial su cantante, Manu Quieto, mantienen un estrecho vínculo con la ciudad y con sus dirigentes. El cierre quedó a cargo de Juanse, quien cantó todos los temas que la gente esperaba y, casualidad o no, hizo que la última canción del festival relatara en su letra algo que bien podría representar el sentir los espectadores que estuvieron en las noches rockeras: “Quisiera que esto dure para siempre / casi tanto como una eternidad”.
Redacción / NTV
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