Buscan asociar a grandes productores de miel del sur

Al menos 45 apicultores con posesión de tres a cuatro mil colmenas cada uno en la zona de influencia de Unión, en el Departamento Dupuy, avanzaron en un primer encuentro hacia la conformación de una asociación que les permita compartir una sala de extracción y con ello identificar el origen de grandes volúmenes de miel que se logran actualmente en el sur de San Luis, y por otro lado, mejorar la fuerza de negociación a la hora de establecer el precio del producto.

Esta convocatoria fue idea del licenciado en cooperativas y con más de 30 años de experiencia apícola en la provincia, Gustavo Bertolini, quien propuso realizar una jornada tras advertir en las calles de Unión una llamativa circulación de equipos apícolas de gran porte.

“Tras conversar con algunos de ellos, surgió la idea de realizar un encuentro. Aquí pasa lo que pasa con la apicultura en la Argentina, donde los apicultores están totalmente atomizados y dispersos, a pesar que nuestro país es uno de los principales productores de miel del mundo y el mayor exportador que provee al mercado consumidor de Europa y Estados Unidos”, le dijo el profesional a revista El Campo.

Sin embargo, advirtió que los productores están dispersos desde hace muchos años: “Yo empecé con esta actividad en 1981; en otras provincias ya hay un proceso de integración  y están un poco más organizados a través de cooperativas y federaciones”.

Bertolini expuso sobre asociativismo, un tema que conoce bien ya que se dedicó a la apicultura durante más de treinta años y asesoró en la formación de las actuales cooperativas apícolas de la provincia, como las de San Luis y de Villa Mercedes.

También ayudó a armar la de Balde de Escudero, en el norte provincial, donde montaron una importante sala de extracción con todas las condiciones, financiada a través del entonces Ministerio de Medio Ambiente de San Luis con la Ley de Bosques.

Trabajó para el Consejo Federal de Inversiones (CFI),  que le permitió recorrer gran parte del país. En Mendoza le tocó trabajar cuando había nueve cooperativas, algunas de las cuales están funcionando muy bien  con sus propias salas de extracción.

 “Hoy, tener una sala de extracción de miel habilitada por Senasa requiere una inversión millonaria y no es muy viable como proyecto de inversión para un apicultor. No tiene sentido. Lo más caro es la parte de obra civil, ya que debe tener distintos espacios, como recepción de las alzas, zona de transición  y otra limpia”, advirtió Bertolini.

Su propuesta es que se organicen bajo alguna forma jurídica, aunque la cooperativa es la que más se adapta para este tipo de actividad, y en conjunto tienen una sala de extracción que con un sistema de turnos puede prestar servicio hasta 20 apicultores, según el tamaño de sus explotaciones.

“En San Luis está una de las mejores plantas de la provincia, ubicada sobre la ruta 3, donde un grupo de productores extracta su miel allí y tienen resuelto el problema. En Villa Mercedes también cuentan con una sala común, pero en el sur no se da esta realidad y entonces los productores le terminan entregando la miel a un acopiador que viene de otras provincias y al precio que les imponen”, comparó.

Describió que tampoco queda registrada la comercialización y que la miel sale como si hubiera sido extractada en otra provincia. Se distorsiona hasta la producción que hay en San Luis, insistió. “Me sorprendió la asistencia de 45 productores en la jornada de Unión con una envergadura de explotaciones muy importantes, con más de tres mil colmenas cada uno, al punto que uno de ellos dijo que estaba trabajando para construir su sala de extracción. Pero volvemos a lo mismo, es un gran esfuerzo desde lo individual, cuando en realidad una sala le resolvería el problema a la mayoría de los productores de la zona y ese dinero lo invertiría en más colmenas, camiones, equipo y herramientas”, insistió el profesional. Para esa jornada invitaron a quien está hoy a cargo de la Coordinación Nacional de Apicultura, Alexis Rodríguez, bajo la órbita de la Secretaría de Agricultura, Ganadería y Pesca de la Nación. El funcionario es productor  y dirigente de la Cooperativa Apícola Sol Sampedrino, y a su vez integrante de la Federación de Cooperativas Apícolas.

También estuvo Adrián Ibarra, responsable del Renapa (Registro Nacional de Productores Apícolas). Es analista en sistemas y su exposición estuvo dirigida a explicar cómo se cruzan y entrelazan los datos que surgen cuando el productor se inscribe.

El Renapa es un registro obligatorio para aquel que tenga más de cinco colmenas. Para cualquier trámite que deba realizar respecto a su actividad, necesita ese número de registro, que es informado al Senasa.

Esto permite que cuando hay que mover colmenas o identificar el origen de la miel para tener la trazabilidad, el Senasa lo registra. A lo mejor una miel del sur de San Luis sale como extractada en una sala de La Pampa, pero el Renapa del productor que la obtuvo, sí tiene que quedar registrado.