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"Las mujeres tenemos un sexto sentido, estamos en el detalle"

La empresaria administra San Luis Feria SRL. Aseguró que al principio la juzgaban por ser esposa de Roberto Lorenzino, el dueño de la consignataria, y no por su capacidad.

Por redacción
| 06 de agosto de 2023
Actitud. Lorena Vanucci, una empresaria que maneja muy bien los números. Fotos: Héctor Portela/SanLuisConElCampo.

Andrea Lorena Vanucci de Lorenzino es simple. Una mujer curiosa e inteligente que ama su trabajo. Entre las actividades diarias que le demanda la administración de la consignataria San Luis Feria SRL, y el establecimiento Santa Rita, junto a su esposo Roberto, en el paraje Juan W. Gez, se hace un momento para disfrutar de las cosas importantes: su familia.  

 

La empresaria ganadera participa activamente en los remates, es muy usual verla tomar fotos  y caminar entre la gente, los animales y los martillazos que pega Ernesto Colombo en cada encuentro.

 

Por estos días el equipo no para, todos trabajan a pleno en la organización de uno de los encuentros más importantes, el remate que se desarrollará el 26 de agosto en la Bodega El Retiro, en Mendoza, donde el entorno es muy pintoresco. Los próximos serán el jueves 10 de este mes, en General Alvear, también en la provincia vecina; y los miércoles 16 y 30 de agosto en el predio de San Luis Feria. 

 

 

 

 

—¿Cómo es tu trabajo cotidiano en la empresa?

 

—En San Luis Feria hago muchas tareas, estoy involucrada en diferentes actividades y hago de todo un poco. Atiendo a nuestros clientes, realizo pagos, hago cobranzas, estoy con todo lo que tiene que ver con guías, eso en cuanto a lo administrativo. Además me ocupo del área de marketing de la empresa, estoy a cargo de todo el trabajo que conlleva manejar las cuentas de las redes sociales. Publicamos las efemérides, las fechas de los remates, los resultados, tenemos un calendario, publicamos fotos, entre otras actividades de la consignataria. Ese es el día a día en cuanto a lo laboral, que nunca es constante, siempre van cambiando las cosas que hay que hacer. A veces nos toca atender a la gente que viene de noche porque viene del campo y para nosotros es importante ayudarlos y acompañarlos, por ejemplo a veces tenemos que ir al banco, entre otros trámites. Primero empecé a ayudarlo a Roberto con la parte administrativa del campo y de ahí Roberto me propuso que le ayudara a él y a Blanca, su mamá, con la administración. Además fuera de la oficina, llevo a Said a la escuela, fútbol e inglés.

 

 

— En un remate, ¿qué tareas te podemos ver haciendo?

 

Ando de un lado para el otro. Me ocupo de estar atenta si los chicos que llevan adelante el remate necesitan algo. Con Roberto, vamos siguiendo por las redes. Vamos observando el movimiento de los precios, en simultáneo vamos anotando en las planillas. Estamos ahí. Atendiendo todo lo que surja de manera espontánea.

 

 

—¿Cómo fueron los comienzos en la actividad ganadera?

 

—Fue un poco complicado. Considero que se aprenden cosas todos los días y aún en la actualidad estoy aprendiendo. De a poco voy aprendiendo, creo que me falta un montón todavía. Mi trabajo anterior también era administrativo en una universidad, que no tiene nada que ver con lo que estoy haciendo ahora. Pero de a poco fui conociendo esta actividad. Roberto y su mamá  Blanca, me ayudaron y aún lo hacen. Si bien es difícil, me gusta porque es todo un desafío. El equipo de trabajo que tenemos es grande y también he aprendido mucho de ellos. Este es un mundo complejo. Para mí, un ternero y un novillo era lo mismo, sabía cuáles eran vacas y toros, y nada más. Aparte este es un mundo muy machista. O sea, la mayoría de las personas con las que tratás son hombres. Entonces por ahí vienen y no quieren que los atienda yo, me preguntan por Rober. Si bien hay muchas mujeres que están a cargo de sus campos, de sus animales y tenemos muchas clientas mujeres, la mayoría son hombres y son muy machistas. Cuesta, pero bueno, una vez que dominás los términos, los manejos y la administración, te van conociendo, se hace más fácil el trabajo.

 

 

— ¿En qué en qué cosas te parece que fue difícil entrar a este mundo?

 

—Lo he sentido cuando me subestimaban, por ejemplo en el conocimiento. Todos pensaban Lorena está acá solo porque es la señora de Roberto, y no porque era capaz y podía desarrollarme profesionalmente o aprender. Al principio es difícil, pero como en todos los trabajos, a medida que pasa el tiempo llevás tu rutina, hacés tus actividades, te organizás y todo marcha bien. Debo reconocer que últimamente me buscan más a mí que a Roberto, eso está bueno porque podemos coordinar tareas, dividir las actividades y organizarnos para ser cada día mejores. Además siempre estuvo Blanca trabajando a la par de Roberto, ella también los atendía, entonces considero que es muy importante. Cuesta porque este siempre fue considerado un trabajo de hombres. Soy muy curiosa, me gusta aprender y siempre estoy observando a ver qué más se puede hacer o aportar a este mundo ganadero que es muy fascinante para mí.

 

 

—¿Qué cualidades o características pensás que tienen las mujeres para hacer este trabajo?

 

—Considero que tenemos un sexto sentido, siempre hablamos con Roberto y él coincide en que nosotras aportamos o nos damos cuenta de cosas que ellos no, ellos tienen una mirada rápida de las cosas y nosotras nos detenemos más en el detalle. Por eso digo que tenemos como un sexto sentido que nos ayuda a darnos cuenta de cosas más finas, más detalles. En cuanto a la fuerza y todo ese tipo de cosas que se requieren para subirse a un caballo, o mover el ganado y todo eso, no lo hago. Creo que me subí dos o tres veces cuando era chica y nunca más. Tenemos un gran equipo de troperos que se encarga de manejar eso. Cuando andamos en el campo con Roberto sí lo hago o andamos detrás de las vacas. Pero acá no. Blanca fue como mi maestra, ella me enseñó mucho. Va a cumplir ochenta años y está divina. A ella le gusta mucho esta actividad. Cuando empezó la pandemia se fue al campo y desde allá estaba pendiente de todo y dispuesta a ayudar. Siempre está, ella tiene acceso desde el campo a los archivos, entonces entra, si surge alguna duda ella se fija y corrobora los datos, o sea, sigue en contacto con este trabajo. Después de la pandemia ella decidió mudarse al campo y desde allá me da confianza, me dejó a mí a cargo, ella me decía “sé que podés”. Me dejó a cargo de su lugar que bueno, es una responsabilidad que creo que la estamos haciendo bien.

 

 

—¿Cómo empieza tu día?

 

—A las seis de la mañana ya estoy arriba, llevo mi hijo al colegio, vuelvo a casa y desayunamos con Roberto. Después salimos para la oficina dispuestos a ver qué nos presenta el día. Cuando tenemos fecha de remate, nos venimos para las instalaciones del predio, si no, estamos en las oficinas de la ciudad.

 

 

—Aun con todo este trabajo, también te tomás tu tiempo para ser mamá, ¿cómo te organizás?

 

—Tenemos dos hijos. El chiquito, de 12 años todavía vive con nosotros, y la mayor, Kiara está estudiando Odontología en Córdoba, así que viajamos a verla, o ella viene, pero me mantengo atenta a cualquier cosa que ella necesite. A Said lo busco al mediodía en el colegio se viene conmigo hasta la oficina, por lo general almorzamos ahí y estamos hasta las 15:30. Después nos vamos a casa y hacemos las tareas, lo llevo a fútbol. Lo acompaño en todo lo que lo que tiene que hacer el pequeño. Él siempre está en los remates porque le encanta. Lleva las boletas, o sea, le encanta este mundo también. Así que si ves fotos por ahí, lo vas a ver que está siempre entre nosotros o entre los chicos del equipo de trabajo. Pero ser mamá es nunca parar. Vas y venís entre inglés, fútbol, las tareas y las juntadas con sus amigos, si vienen a casa me gusta atenderlos. Me gusta mucho estar en casa.

 

 

—¿Qué es lo que más disfrutás de tu trabajo?

 

—Me gusta estar en contacto con la gente, el poder ayudarlos. Al principio pensé que esto no me iba a gustar, pero bueno, descubrí que sí. Que realmente me gusta este mundo de la feria y como te digo voy aprendiendo todos los días. Cuando inicié no tenía ni idea de lo que era un remate, ahora trato de estar en todas, voy, vengo, me gusta estar atenta para ayudar en lo que necesiten.

 

 

—¿Qué cosas te gustan que hacés fuera de la rutina?

 

—Hemos logrado formar un buen equipo con Roberto, porque también contamos con un muy buen equipo de trabajo que nos acompaña. Me gusta disfrutar del tiempo en casa, hago gimnasia y me junto con mis amigas, pero soy mucho de estar en casa. Los fines de semana me voy al campo con Roberto que es como la desconexión del ritmo diario. Los viernes a la tarde partimos hasta el domingo y estamos en la tranquilidad del campo. Es la desconexión, es otro aire.

 

 

—¿Cómo ves en perspectiva a San Luis Feria en la provincia?

 

—San Luis Feria está bien posicionada en San Luis, tiene una clientela importante y trabaja con sello propio. Este gran proyecto nació en 1965 acompañando al productor en su tarea diaria, tal como indica el eslogan de la empresa. La consignataria está fuertemente instalada, contamos con un nutrido calendario de remates y actividades propias, tanto en la provincia como en Mendoza. En agosto se vienen varias fechas. Llevamos adelante el remate en la estancia bodega El Retiro, que será el 26. El 2 hubo otro encuentro, quienes nos siguen saben que esta actividad se realiza cada quince días, los miércoles. Es una oportunidad en la que se reúnen todos los protagonistas de cada remate. El 10 hay otra fecha importante en Alvear. Todos los remates son muy lindos, quizás el de la bodega se destaca porque es hermoso el entorno. Nos estamos abriendo hacia Mendoza, tenemos una buena cartera de clientes y creo que San Luis Feria es importante y pisa fuerte dentro del mundo de las consignatarias.

 

 

—¿Cómo ves el trabajo de los productores de la provincia?

 

—Es muy notorio el desarrollo que ha tenido San Luis, es destacable el esfuerzo que hacen los productores al traer sus animales, después de un contexto climático desfavorable. Con Roberto siempre hablamos que desde que iniciaron los remates hasta ahora, la gente, los productores han mejorado muchísimo la calidad, la presentación y  el trabajo con las razas. Los lotes de hacienda que nos traen siempre son muy buenos, se venden siempre rápido.

 

 

—¿Qué les diría a otras mujeres que administran campos?

 

—Que siempre se puede todo. Por más que te digan que no, que este es un mundo solo para  hombres, percibo que cada vez somos más las mujeres que se suman a este apasionante mundo. Hay muchas mujeres solas que tienen sus animales y que van creciendo. Siempre participan en los remates. Hay que luchar contra esa mirada machista que a veces nos frena, pero se puede, hay que ser optimistas.

 

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