Un Mundial, muchos títulos

Por Sofía Jaimez Bertazzo

La Copa del Mundo femenina viene dejando muchas sorpresas. El debut de Oceanía y de una sede coanfitriona resultó de maravillas. Eso se ve demostrado en el mensaje de las personas, la cantidad de asistentes a los estadios y eventos organizados por FIFA. Ya se vendieron más de 1,8 millón de entradas y los octavos de final tuvieron los carteles de "sold out" ("agotadas", en su traducción al español) en la mayoría de sus sedes. Por ejemplo, Estados Unidos con Suecia en Melbourne tuvo alrededor de 27.800 personas, el partido de Australia contra Dinamarca en Sydney reunió a 75.784, llegando al límite de su capacidad en ambos casos.

De acuerdo a lo que informó FIFA, la fase de grupos de este año ya ha visto veintiún partidos que superan la marca de los 25.000 fanáticos. Mientras tanto, las ventas de hostelería están un 27% por encima de Francia 2019 y un 534% por encima de Canadá 2015.

También se puede hablar de distancias y allí están los fanáticos de cada país prendiendo sus dispositivos para ver jugar a sus compatriotas.

La RP China produjo la audiencia más alta para un solo partido en cualquier parte del mundo: 53,9 millones de espectadores vieron su encuentro contra Inglaterra. Argentina registró 12,3 de rating en el partido contra Sudáfrica, marcando el partido más visto en el país de fútbol femenino, que superó el récord de Francia 2019. El último match en fase de grupo de las "Matildas" —Australia— contra Canadá llegó a 4,71 millones de australianos y se convirtió en el programa más visto de Channel Seven este año. En Nueva Zelanda alrededor de 1,88 millón, un tercio de la población, ha estado prendida en el torneo.

Además, el mundo globalizado ha permitido nuevos y diferentes accesos a los contenidos. “El tráfico en los primeros 15 días ya superó la totalidad del torneo de 2019, dando la bienvenida a 22 millones de usuarios únicos, con un promedio de 2,4 millones de usuarios que visitan los canales de la Copa Mundial Femenina de la FIFA diariamente”, anunció la organización.

Todo este resultado se ve favorecido por el crecimiento exponencial del espectáculo deportivo y el desarrollo de la disciplina en general, lo que permite otros niveles de profesionalismo.

La FIFA se comprometió a brindar a las 32 asociaciones participantes el mismo nivel de apoyo que recibieron los equipos masculinos en Qatar. Por ello, se designaron 88 sitios de entrenamiento específicos y 322 como base del campeonato.

Los fan festivals fueron otra novedad, con sitios creados en cada una de las nueve ciudades anfitrionas con más de 400.000 visitas. El torneo en múltiples sedes ha contado con el apoyo de 5.000 voluntarios, muchos locales, pero otro gran porcentaje tiene nacionalidad extranjera.

Vivir el torneo desde adentro

Alexis Céparo es argentino y vive hace 7 meses en Nueva Zelanda, llegó por casualidad a un anuncio de trabajo y terminó siendo personal de seguridad FIFA. Por ello le preguntamos cómo es vivir el Mundial desde ese lugar y respondió: “Lo que más me gusta es vivir el Mundial desde adentro, conocer a personalidades muy importantes, conocer a las selecciones y autoridades de FIFA”.

Recalcó que ha habido muy buena organización, que sus puestos fueron rotativos y lo más lindo es cuando le toca cerca del ingreso de las selecciones por el pasillo del Eden Park de Auckland. “Hasta el momento no ha habido ningún tipo de problema, las convocatorias han sido masivas; partidos con 43.000 personas y aun así ha salido todo muy bien”, remarcó.

Afuera, en las calles, los mensajes son de aliento a sus selecciones. Argentinos con banderazos, colombianos en la puerta de los entrenamientos, australianos copando el fan festival, estadou-nidenses en todos los partidos; indios, sirios y coreanos con las camisetas de otras nacionalidades; neozelandeses con caras pintadas de banderas del mundo.

El mensaje no solo es cuantitativo con nuevos sponsors, entradas vendidas y derechos televisivos con costes altos, sino también cualitativo, porque cuando la pelota rueda no hay fronteras que la paren.