Los niños primero: cómo cuidarlos del agotamiento y el golpe de calor
Hidratación, alimentación y protección solar son claves para preservar a los chicos del riesgo.
Hace calor, mucho. Típico de un verano inestable que cada tanto sorprende con alguna tormenta, pero que en los últimos días se ha instalado sin dar respiro. Los pronósticos para San Luis en esta semana que se inicia coinciden: no habrá mínimas por debajo de los 21 grados y alguno habla de máximas de 40°.
Esta ola representa un riesgo significativo para la salud, que involucra a dos grupos sensibles: niños y adultos mayores.
El agotamiento por calor es un estadio previo al golpe de calor y los profesionales recomiendan reconocerlo para prevenir una situación más grave. “El golpe de calor es una forma grave de lesión por calor y la temperatura del cuerpo alcanza los 40° C o más”, explicó Valeria El Haj, directora médica nacional de la obra social de entidades deportivas y civiles (Ospedyc).
Los síntomas del agotamiento incluyen sudoración excesiva, piel irritada en bebés, sensación de calor sofocante, sed intensa, calambres musculares, dolores de estómago, dolores de cabeza y mareos.
Si los síntomas son más graves indican un golpe de calor y requieren atención inmediata. Estos incluyen temperatura corporal elevada, piel roja y seca, respiración y frecuencia cardíaca aceleradas, dolor de cabeza palpitante, alteraciones mentales y convulsiones. Estas situaciones se agravan significativamente en niños menores de 5 años, especialmente menores de 1 año: aquellos con enfermedades crónicas, fiebre o diarrea, obesidad, desnutrición y piel quemada por el sol son más propensos al golpe de calor.
Primero, prevenir
Para evitar el agotamiento y el golpe de calor, las recomendaciones son:
-Mantener a los niños en lugares frescos y bien ventilados, vistiendo ropa ligera.
-No realizar deportes o actividad física al aire libre los días de mucho calor.
-Si se está en período de lactancia, se puede aumentar la frecuencia de las tomas.
-Si por algún motivo deben permanecer al aire libre, es necesario protegerlos con sombreros y cubrir el cuerpo con remeras de mangas largas y pantalones largos.
-Utilizar protectores solares de amplio espectro contra rayos UVA/UVB: se deben aplicar media hora antes de la exposición al sol y renovar cada 2, en bebés mayores de 6 meses. Es importante aclarar que el protector solar se debe utilizar aun en los días nublados.
-Cuidar los alimentos, evitando que no hayan perdido cadena de frío, verduras lavadas y carnes bien cocidas.
-Ofrecer líquidos constantemente, evitando bebidas azucaradas.
-Evitar la exposición al sol entre las 10 de la mañana y las 4 de la tarde, especialmente en menores de un año.
-Bañar o mojar a los niños frecuentemente.
-No dejar a los niños dentro de vehículos estacionados y cerrados.
Actuar de inmediato
Además, es importante que ante los síntomas de agotamiento o golpe de calor las familias consulten al médico de inmediato y se trasladen a un lugar fresco y ventilado.
También será clave desvestir al niño o niña y enfriar su cuerpo con agua fresca, no fría. En caso de golpe de calor, es necesario llamar a un servicio de emergencia.
Gastroenteritis, el otro foco de preocupación
Las altas temperaturas también aumentan el riesgo de enfermedades diarreicas, especialmente en niños. La diarrea, causada por microorganismos transmitidos por agua contaminada, puede llevar a la deshidratación y, en casos extremos, ser potencialmente mortal. “Para estos cuadros de gastroenteritis existen ciertas medidas claves que incluyen el consumo de agua segura, lavado de manos, alimentos bien cocidos y cuidado de la higiene personal. El tratamiento incluye soluciones de rehidratación oral, complementos de zinc y alimentos ricos en nutrientes”, explicó la doctora El Haj.
Se considera diarrea cuando se presentan tres o más deposiciones diarias con heces sueltas o líquidas que pueden durar varios días y de acuerdo a su frecuencia pueden privar al organismo del agua y las sales necesarias para la supervivencia.
Los niños malnutridos o inmunodeprimidos son los que presentan mayor riesgo de enfermedades diarreicas potencialmente mortales. De hecho, las enfermedades diarreicas son la segunda mayor causa a nivel mundial de muerte de niños menores de cinco años.
Claves de prevención
Consumir solo agua segura.
Lavarse las manos cuidadosamente.
Lavar frutas y verduras adecuadamente.
Consumir alimentos bien cocidos y refrigerados.
Alimentar a los niños con leche materna.
Esterilizar mamaderas diariamente.
Utilizar baños e instalaciones higiénicas.
El tratamiento
Entre las medidas claves para tratar las enfermedades diarreicas cabe citar las siguientes:
-Solución de sales de rehidratación oral (SRO): en caso de no existir deshidratación o de que esta sea moderada, o con fluidos intravenosos en caso de deshidratación severa o estado de shock.
-Complementos de zinc: los complementos de zinc reducen un 25% la duración de los episodios de diarrea y se asocian con una reducción del 30% del volumen de las heces.
Alimentos ricos en nutrientes
“El calor extremo afecta principalmente a los más pequeños y a los mayores. Es fundamental protegerlos siguiendo simples pautas. Es necesario que cuidemos su salud para poder prevenir casos graves de agotamiento y golpes de calor”, concluyó El Haj.
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