Malestar en las academias por las trabas para usar el Molino Fénix
La actual gestión puso requisitos insólitos para reservar la sala y las agrupaciones no saben si harán sus eventos.
Además de los múltiples ataques que la cultura enfrenta en los últimos tiempos en el país, llegó uno impensado para quienes se dedican a la danza en Villa Mercedes. Desde el cambio de gestión provincial, no pueden acceder al teatro del Molino Fénix para hacer sus presentaciones y cada vez se les hace más cuesta arriba contar con un espacio para mostrar sus talentos.
Hasta diciembre, la situación era totalmente diferente. La antigua administración del complejo abría cada año una grilla para que las instituciones agendaran las fechas en las que deseaban utilizar las instalaciones y se las prestaban sin costo.
“Muchos de los que se han acercado a consultar no han recibido un buen trato. Sabemos que a algunos les han cobrado entre 80 y 90 mil pesos por alquilar el lugar, mientras que a otros les han dado un listado de cosas y requisitos que no tienen ningún sentido”, contó Kevin Gil, un profesor.
La lista enumera una serie de peticiones que las agrupaciones deben cumplir si quieren utilizar la sala. Entre ellas figura un seguro de vida para todos los que asistan al encuentro, un servicio de emergencias médicas y ambulancia, recibo de pago de Sadaic, cuatro personas asignadas para la vigilancia y dos para el control y mantenimiento de los baños. Pero también deben llevar diez litros de cloro, diez de desodorante para pisos, cinco de detergente, dos de jabón líquido para manos, dos balerinas y una mopa para limpiar.
"Nos parece una falta de respeto, porque siempre hay una traba, un trámite más que hacer o una autoridad con quién hablar; es triste que haya que ir todos los días o que preguntes y no te respondan. Debería ser mucho más fácil, porque somos todos pares”, dijo.
La situación, aclaró, no es particular con ninguna institución, sino que son muchos los profesores que se han encontrado con la misma respuesta.
"Es feo que a la danza y la cultura se la quieran llevar por el lado político cuando lo que hace el bailarín es expresarse. Y hoy no tenemos un espacio para hacerlo o para saciar esas ganas de subir a un escenario y prepararse para una presentación", agregó Juliana Medina, quien da clases en dos academias.
Prácticamente todas las instituciones de la ciudad realizaban una gala a mitad de año y otra a finales, incluso con fechas ya establecidas. Con todos los requisitos planteados y el gasto que significan, no saben si podrán concretarlas.
"Cuando fui a preguntar, sentí como un bajón muy grande, porque son muchos más gastos los que debemos afrontar para hacer un evento: el sonido, el vestuario y la decoración, entre otros. Tendremos que recaudar fondos porque por la situación económica que vivimos no podemos poner un precio alto de entrada, porque no podrían venir las familias", contó otra docente que quiso preservar su nombre por temor.
Redacción/MGE
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