Un adolescente de 13 años murió el jueves por la tarde, en San Luis, tras una operación en una clínica privada. Mariano González falleció en el Sanatorio Ramos Mejía, alrededor de las 17:30, después de que lo operaran por apendicitis.
El muchacho murió tras una larga peregrinación que comenzó el miércoles por la noche, cuando comenzó a sufrir dolores abdominales. Cerca de las 23 fue al Ramos Mejía y, como el sanatorio no tenía pediatra, lo derivaron al Hospital San Luis, revelaron fuentes vinculadas a la investigación.
Quince minutos después de la medianoche, ya entrado el jueves, ingresó a la guardia de pediatría del hospital. Ahí le hicieron placas y le recetaron antibióticos: volvió a su casa.
Como el chico seguía dolorido, los padres volvieron al Sanatorio Ramos Mejía antes del mediodía. Fue entonces cuando, después de realizarle análisis, le diagnostican apendicitis y lo operan de urgencia.
De acuerdo a los investigadores, Mariano salió del quirófano y se descompuso. Por eso volvió a ingresar. A las 17:30, estaba muerto.
Aunque los padres de González no han hecho una denuncia formal ante la Policía, la Comisaría Primera investiga el caso de oficio por orden del juez del Crimen Nº 1 Sebastián Cadelago Filippi, informó el subcomisario Rubén Ochoa.
La Policía fue al sanatorio por pedido de personal de la clínica. Al llegar, encontraron a los familiares consternados por la noticia. “Estaban desorientados. Porque ingresó por una apendicitis y después les manifestaron que murió por un edema pulmonar. Pero no agredieron a los médicos, tampoco rompieron nada. Sólo hubo llantos y gritos”, contó una fuente que investiga el caso.
El juez Cadelago Filippi ordenó el secuestro de la historia clínica del chico y le solicitó al médico forense, a cargo de la autopsia, estudios patológicos al apéndice, hemograma completo y toxicológico para ver las drogas que utilizaron en el tratamiento.
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