Payasos, malabaristas y acróbatas tomaron por asalto -aunque con aviso- el Parque de las Naciones y entregaron una tarde diferente a los niños, jóvenes y adultos que pasaron la tarde del domingo en el lugar antes del feriado de ayer y disfrutaron de las actividades y los actos artísticos preparados y ensayados para el encuentro. Fue, en realidad, una sorpresa del circo social salesiano “Saltimbanqui”, que realizó su primera intervención urbana del año.
Concebido como un espectáculo callejero nacido en las aulas del colegio Dos Bosco -donde el grupo ensaya todas las semanas- la actuación comenzó a las 17 pero en las horas previas los chicos pasearon por todo el predio para invitar al público a la función. La hora esperada llegó cuando colgaron las telas, el trapecio y los ensayos de los trucos de magia, con malabares o los juegos interactivos ya listos para salir a escena.
Antes de comenzar, el grupo de artistas se ubicó en el césped junto con las familias que comenzaron a acercarse al escenario improvisado que armaron para la ocasión. Luego, un presentador dio paso a los diferentes actos.
Su estilo exagerado, su sonrisa demente y su simpatía, conquistaron a chicos y grandes que largaron más de una carcajada cada vez que aparecía. El primer número tuvo como protagonista a Agustín, quien realizó las primeras acrobacias en tela de la tarde acompañado musicalmente por Pamela que cantaba y tocaba la guitarra.
Los números siguieron con el show de los “Acrobamocos”, dos payasos muy simpáticos que se buscaban entre sí para mostrar sus destrezas. Luego llegaron los malabares con un alumno muy peculiar y talentoso que dejó con la boca abierta a más de uno que no se esperaba que las clavas pudieran volar tan alto.
Los más chicos fueron los más entusiasmados a la hora de los juegos. Una versión muy libre del “Arroz con leche” les hizo perder la vergüenza a la hora de bailar y con una de las payasas tuvieron tiempo de revolcarse por el pasto sin miedo a ensuciarse. Los más grandes disfrutaron del espectáculo junto con bebidas frescas, mate o comida típica de una merienda de domingo.
Otro de los momentos donde los niños se divirtieron fue cuando subió a escena el mago Diego que les llevó trucos de todas las categorías: cartas que desaparecían, pañuelos que se unían con un simple soplido o sogas que se desunían por las conocidas palabras mágicas, llevaron a los chicos al escenario para ser ayudantes del gran ilusionista.
El trapecio también se llevó las miradas de todos cuando una de las integrantes se subió para volar por los aires como si no llevara nada que la sostenga. Además, los ula ula le pusieron color a la tarde y se llevaron las miradas de los curiosos que no se animaban a acercarse pero se sentaban en los alrededores para observar de lejos el final de la varieté.
El objetivo principal de la tarde circense fue pasar un domingo diferente con payasadas y acróbatas. Los Saltimbanqui lograron eso y más. Las evidencias son las fotos que quedaron para el recuerdo del grupo con las sonrisas del público que les festejó cada uno de los actos y que quedaron plasmadas como una nueva experiencia social para el grupo.
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