Importante y desapercibido

Todos los días de la semana aparecen noticias muy importantes, tan importantes que algunas veces pueden explicar el presente, o señalar alguna “pista” para considerar de cara al futuro. Pueden modificar la vida de las personas, esas noticias. Pueden tomarse como consejo, o como advertencia. Son muy valiosas.

Y ocurre que esas noticias no siempre alcanzan la difusión que merecen. Ocupan grandes espacios en las portadas gráficas y digitales, son consideradas por especialistas, no se ocultan. Sucede que apuntan a un público masivo, pero minoritario. Hablan de lo importante, aunque cada día, pierdan ante lo urgente.

Es una información que proviene de las grandes empresas mundiales, de los grandes líderes mundiales, de los grandes pensadores mundiales, de los grandes hacedores de la cultura. Y a pesar de todo eso, algunas veces pasan desapercibidas.

Google anunció que no desarrollará inteligencia artificial para armas o para “causar o facilitar directamente lesiones a personas”, al presentar un conjunto de principios para el uso de esta tecnología.

“Continuaremos nuestro trabajo con el gobierno y las fuerzas armadas en muchas otras áreas”, escribió el presidente de la empresa, Sundar Pichai, en medio de presiones por un contrato con el sector militar que el gigante tecnológico dijo que no sería renovado.

El parecido asombroso con el discurso de la saga “Terminator”, implica una vez más que la realidad persigue a la ficción, o que la ficción se adelanta a la realidad. Obviamente, como millones de personas han visto esos filmes, el riesgo de conceder “tanto poder” a las máquinas, está fríamente calculado.

El ejecutivo detalló los siete principios en los que Google basa el uso de inteligencia artificial (IA) o cualquier computación avanzada que pueda simular comportamiento humano inteligente.

La usa para “ayudar a la gente a abordar problemas urgentes”, como predecir incendios forestales, ayudar a los agricultores, diagnosticar enfermedades o prevenir la ceguera. “Reconocemos que una tecnología tan poderosa levanta igualmente poderosas preguntas sobre su uso”, agregó Pichai en el blog. “¿Cómo la IA es desarrollada y usada?, tendrá un impacto significativo en la sociedad por muchos años. Como líderes en IA, sentimos una profunda responsabilidad de hacer esto de forma correcta”.

El CEO garantizó que los programas de IA serán diseñados para aplicaciones que son “socialmente benéficas” y que “evitarán crear o reforzar prejuicios injustos”. Los principios incluyen que los proyectos sean “construidos y probados para su seguridad”, que sean “responsables” e “incorporen principios de diseño de privacidad”.

Google evitará el uso de cualquier tecnología “que cause o pueda causar un daño general”, escribió el presidente de la empresa. Eso significa evitar las “armas u otras tecnologías cuyo objetivo principal o implementación es causar o facilitar lesiones a personas” y sistemas “que recopilen o usen información para vigilancia que violen las normas internacionales”. Un claro golpe a las “filtraciones” de los datos, de 50 millones de usuarios de Facebook.

El anuncio se produce en medio de una preocupación creciente de que se pueda perder el control de sistemas automatizados o robóticos, generando un caos. Varias empresas de tecnología han acordado mediante unos principios generales el uso de inteligencia artificial para el bien, pero Google fue más preciso en sus estándares.

La compañía, que es miembro de la Alianza de Inteligencia Artificial, que incluye docenas de empresas tecnológicas comprometidas con los principios de IA, enfrentó críticas por un contrato con el Pentágono llamado Proyecto Maven, destinado a distinguir personas de objetos en videos de aviones no tripulados.

Después de una petición firmada por miles de empleados y de hacer frente a críticas fuera de la compañía, Google anunció que el contrato de 10 millones de dólares no sería renovado. Una decisión tranquilizadora, aunque lo “realmente grande”, vaya por otro camino.