La autopsia reveló que el diácono tenía un golpe en la cabeza y cinco puñaladas
El religioso fue hallado degollado este domingo en su casa de Temperley.
La autopsia al cuerpo del diácono Guillermo Luquin, asesinado ayer en su casa de Temperley, reveló esta tarde que presentaba un golpe en la cabeza y cinco lesiones superficiales producidas con un arma blanca, una de ellas en el cuello, aunque continuarán los peritajes para determinar cuáles de estas heridas le provocaron la muerte, informaron fuentes judiciales.
Tenía 52 años y fue hallado degollado este domingo en su casa de Temperley. Se trata de determinar si el homicidio fue cometido por alguien que conocía a la víctima. Ese es el principal punto de partida de la investigación.
El hecho fue descubierto cerca de las 12:30, en una casa de la calle Bombero Ariño 829, de Villa Galicia, en ese punto de Lomas de Zamora.
Todo se desencadenó a partir de un llamado al 911, realizado por el sobrino de la víctima, que vivía sola. En el dormitorio, donde fue encontrado el cuerpo de Luquín, los policías detectaron a simple vista signos de lucha, un cuchillo de cocina junto al cuerpo y una gran mancha de sangre sobre la cama.
Sin embargo, en una revisión posterior de Policía Científica se estableció que la víctima tenía varios politraumatismos en la cabeza y cinco lesiones punzocortantes, una de ellas que le afectó la carótida y que se cree fue la herida que le provocó la muerte.
NA/Clarín
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