Encontrar en otra huella la propia pisada
El grupo Senda recorrió los mismos montes que Antonio Esteban Agüero para conectarse con la naturaleza.
Con los pies que rozan la tierra, en el mismo monte que alguna vez pisó Antonio Esteban Agüero, y los oídos, voz y corazón en las palabras que el poeta merlino tomó para dar forma a sus textos, el grupo Senda homenajea al escritor mientras se reconecta con la naturaleza.
El cuerpo de baile realizó un video de casi 20 minutos en honor a Agüero. “Tríptico agüeriano” es una interpretación de tres de sus obras en las que combinaron voz, cuerpo y música. El clip se puede ver en el canal de YouTube Senda Danza.
Los intérpretes eligieron escenarios al aire libre: el monte, las piedras, el río y el “Algarrobo Abuelo”, el árbol de más de 1.200 años nombrado así en honor a uno de los poemas de Agüero. La parte audiovisual estuvo a cargo de Juan Pablo Beltramino y la música es de Martín Ocampo, Juan Manuel Eulogio y Facundo Santos Barceló.
“La pandemia generó un impulso para salir a disfrutar de nuestras sierras. Fue allí donde se resignificó y revalorizó para nosotros su obra”, explicaron desde Senda. El grupo, de la Villa de Merlo, decidió trabajar en el mismo universo que inspiró al poeta hace ya 80 años.
Las voces de Malvina Calderón, Antonio Esteban Agüero y “Puchi” García Petrino danzan con los pasos de baile de Javier Melgarejo, Oscar Díaz y Lucila Roldán. Con el cuerpo casi desnudo y un baile contemporáneo en una casa de madera y piedra, Javier interpretó la primera poesía de Agüero: “Canción del hombre libre”.
El fragmento “A pesar del alambre que circunda trozo de bosque” es retomado por los bailarines que se encuentran atados en un campo; el grupo intenta desesperadamente ser liberado. “Los libros cuya ciencia tuerce la luz” están representados a través de una mujer “enterrada” en una pila de libros, quien, finalmente, logra salir a la superficie.
En orden, la siguiente poesía es “Digo el llamado”, en la propia voz de Agüero. Con un aire más nocturno y lúgubre, a la luz de una fogata en las sierras, el grupo desplegó una coreografía folclórica con capas rojas y un zapateo descalzo.
“El tercer videodanza ‘Corteza’ habla un poco del vínculo de la humanidad con la naturaleza y de formar parte todos del mismo universo. Está inspirado en el poema ‘La cantata del Algarrobo Abuelo”, contó Lucila.
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