El trajín de la vida diaria, que incluye trabajo, colegio de los chicos y manejar por una ciudad cada vez más ruidosa y de ánimos alterados resulta más que suficiente para mucha gente que desde hace un tiempo prefiere, una vez finalizada la jornada laboral, irse a su casa en las sierras, rodeada de verde y tranquilidad.
Por eso es una tendencia en aumento la creación de loteos en Juana Koslay, Potrero de los Funes, El Volcán, La Punta sobre la flamante autopista 25 de Mayo o aún un poco más cerca, en el cruce de las rutas 146 y 147 rumbo al norte, o detrás de la Legislatura, casi autopista de las Serranías Puntanas, hacia el sur de la capital. Cada vez más vecinos de San Luis optan por comprarse un pedazo de tierra en estas localidades, y ni hablar de quienes eligen la provincia y son de otras latitudes. Cordobeses, mendocinos, santafesinos y porteños, entre otros, directamente ni piensan en radicarse en la ciudad, apuntan al circuito serrano y, si es posible, construyen en altura, aunque salga más caro y sea más problemático por cuestiones relacionadas con los desniveles del terreno y la falta de albañiles especializados.
Las ventajas son obvias: hay buenas autopistas para llegar al centro en un tiempo máximo de 20 minutos, el clima es más sano, las vistas son increíbles, uno no tiene medianera de por medio con el vecino, mejora ostensiblemente la seguridad y es posible convivir con espejos de agua, ya sea diques como el Cruz de Piedra o el de Potrero, o ríos en El Volcán o Juana Koslay, una localidad que cada vez mira más hacia el Chorrillo y se va extendiendo al compás de la autopista de Los Puquios, una zona casi virgen que está a la espera de nuevas explotaciones.
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