A pesar de las inclemencias climáticas, fue un estupendo día para los reyes de la noche.
La fila en la cuarta edición del festival Juana Koslay Rock tuvo a los fundamentalistas que llegaron temprano a la ciudad verde para guardar lugar y así contar en el futuro que estuvieron en el debut de “Guasones” en San Luis.
La posibilidad de ver los platenses en San Luis quedó saldada con crece.
A toda máquina, los técnicos mudaron los equipos del Anfiteatro Ave Fénix al estadio cubierto, mientras en la cola se ofrecían a ayudar si eso lograba que empezara más rápido.
El combo alimenticio del rock nacional, el choripán con gaseosa, estuvieron a pleno, nunca fueron tan bienvenidos. Los asistentes mientras esperaban su ingreso, debido a su buen comportamiento, pudieron ocupar las tribunas mientras terminaban las pruebas de sonido. Comenzó el show con 8 bandas puntanas. (Ver cuadro)
Bienvenidos a este tren
Con buena convivencia en los camarines, todos los músicos se saludaron y presenciaron las demás bandas, felicitándose cada vez que salían al ruedo, mientras acercaban catering. Un momento gracioso fue cuando la organización "echó" a Mariano Rodríguez Renaudo (de buena manera), ya que el batero de “Vorsoto…”, ante los nervios de salir, armar los fierros y tocar se sentó en la batería guasona. Muchos se tomaron selfies y avisaban en la web del cambio de lugar por el clima y a qué hora tocaban. Info digital al instante.
Pasada esta instancia, y antes de las estrellas, hubo un combinado carnavalesco con sambistas y grupos de percusión que le dieron -mucho- más calor al momento bajo una lluvia de papelitos.
Posteriormente se sortearon dos guitarras y un bajo autografiadas por “Guasones”. Coherente elección si se tiene en cuenta el contexto del encuentro.
La espera terminó
Con los ánimos bien arriba, la hinchada esperaba a las visitas agitando banderas y remeras, a las que recibieron con un caluroso aplauso ante los primeros acordes de “Como un lobo”. La salida estelar tenía confeti encima todavía.
“¿Es loco, no? La primera vez que venimos y hay tanta gente!”, comentó sorprendido el cantante de Guasones, y esas fueron las primeras palabras de Facundo Soto en suelo puntano. Con la guitarra colgada tocó “Pobre tipo”, primer corte del último cd “Locales calientes” y la razón de la gira nacional. Otros estrenos fueron “Infierno blanco”, “Tan distintos”, “Una razón” y el que nombra a la placa. Igual repasaron varios clásicos, como “Farmacia”, “Estupendo día”, “Las ratas”, "Hay momentos", “Baila” y “Dame”.
La pesada batería de Damián “Starky” Celedón marcó el comienzo de “Heaven or hell”. Acorde a un debut como se merecen los fans puntanos, los platenses tiraron el estadio por la ventana con más músicos y vientos.
Sin escenario montado, sólo sobre el piso alfombrado, salieron a comerse el tablado, con furia y actitud, con largos solos de guitarra de Maximiliano “Tym” Timczyszyn, más el aporte del violero Gonzalo Serodino, uno de los músicos invitados, junto a Yamil Salvador en teclados y Diego “Oss” Occhipinti en voces, guitarras acústicas y teclados, “es el comodín del grupo” lo definió el bajista “Pato” Monti.
Hubo gran cantidad de sillas delante porque debido a que el parquet basquetbolístico no podía soportar tanto peso, la gente estuvo en las tribunas, pero las butacas no contuvieron a esos cuerpos que solicitaban ritmo. Las hordas ganaron esos lugares con ganas de bailar y cantar en “Reyes de la noche”. Sin vallado de seguridad, ninguno dio una mala nota.
“Perdón” y “Distintos” fueron a capella. "Un error y otro error" decían en “Pasan las horas”, con tranquilidad caprichosa porque los fans no respetaron el tiempo tranquilo de la melodía. Un pibe con muletas llegó hasta adelante pero no quiso asiento sino bailar.
Dinámico y jovial, el cantante divisó a algunos sobre la platea alta y les gritaba. El rockstar tenía un pañuelo negro con calaveras en la garganta sin control, iba donde quería por el aire. El cigarrillo y su estela de humo son indivisibles de la figura de “Tim”, fumó uno tras otro y las colillas morían bajo su suela.
El título dice “Down” (abajo) pero la gente estaba bien arriba cantando sólo con rasguidos acústicos hasta que explotó con varios cortes falsos y el riff final del “Satisfaction” Stone, pegado a “100 años”, coreado a morir.
Las horas pasaron y finalizó con un título que lo dijo todo: “Gracias”.
Los trapos volaron sobre las gradas y en caravana se entonaban las últimas melodías.


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