Cruce de ironías entre Cristina y el "Chungo" puntano

La presidente Cristina Fernández de Kirchner y el titular de la Auditoría General de la Nación (AGN), Leandro Despouy, cruzaron un par de ironías cargadas de intencionalidad política durante un acto oficial el miércoles pasado.
La mandataria estaba en Morón, donde inauguró las nuevas instalaciones del Hospital Municipal. El jefe de la AGN, en el nuevo edificio del organismo situado en avenida Rivadavia 1745 de la Ciudad de Buenos Aires y que por ley pasó a llamarse "Presidente Dr. Raúl Ricardo Alfonsín".
Durante la videoconferencia, por la que también dejó inaugurada la remozada sede de la AGN, la Presidente lanzó la primera piedra, y sin anestesia. "¡Cambie la cara Despouy, que tiene un edificio nuevo!", le pidió al dirigente puntano. "¡Ponga buena onda!", completó.
La ironía de la jefa de Estado hacia el titular de la Auditoría, no fue casual: el ente de control viene "molestando" con una serie de informes críticos a la gestión del Poder Ejecutivo kirchnerista. Los últimos apuntaron a la política energética, al manejo del presupuesto nacional y a la gestión en la empresa Aerolíneas Argentinas.
"Cuéntenos Despouy: ¿qué opina de este edificio que está restaurado? ¿Cuéntenos cómo está", insistió la Presidente con su tono habitual, entre canchero y soberbio, y le recordó a su público en Morón: "Ustedes saben que el titular de la Auditoría siempre es un representante de la oposición". Obviamente, ese ítem fijado en la Ley 24.156 que creó el organismo para vigilar las cuentas públicas, le molesta a la Presidente, que quizá preferiría a un oficialista o un "aliado no tan criticón" en ese puesto.
Cuando le tocó contestar, Despouy retrucó los dardos presidenciales con fina ironía: "Pierda cuidado que, a pesar de que nuestro trabajo hace que a veces aparezcamos demasiado serios, hoy estamos muy contentos".
Cristina mostró su impaciencia al instante. Despouy recordó que en realidad los planes de restauración del edificio comenzaron en 2002, un año antes de la llegada de Néstor Kirchner a la Casa Rosada. Entonces la Presidente lo interrumpió secamente: "En 2002 estaba destruido el país, no sólo la Auditoría". Y ya no le devolvió el uso de la palabra. La tensión flotó unos instantes, hasta que la mandataria siguió con el acto en Morón, ya en un ambiente más cordial y rodeada de interlocutores no tan "combativos".