En 1934, el príncipe de Gales, camino a Mendoza, pasó por Justo Daract. En esa localidad puntana y ferroviaria estaba programado el cambio de máquina para el último trayecto del viaje.
24 artistas, entre músicos, actores y directores, trabajaron durante nueve meses para la obra.
Un daractense de apellido Zalazar fue el maquinista que trasladó al miembro de la monarquía europea, con un incidente incluido. El chofer se negó a partir porque la bandera inglesa estaba en el lado derecho del tren y la argentina en el izquierdo. Desinteresado por el protocolo, el daractense exigió que se cambien de lugar las insignias.
Sólo cuando ese detalle estuvo subsanado, Zalazar partió hacia Mendoza. Cuando llegó, fue felicitado por su patriotismo por el príncipe británico.
Esa pequeña historia de tren y patria fue una de las tantas que se contaron en forma de teatro comunitario en "Los recuerdos marchan sobre rieles", la obra que se presentó el domingo a la noche en las calles de Justo Daract.
Pese al frío y la propuesta callejera, mucha gente del pueblo se acercó al bulevar ferroviario para conocer una versión y una parte de su historia. Los encargados de representarla fueron 15 actores que desde abril ensayaron y armaron una puesta que, para ellos, será inolvidable.
La realización que armaron incluyó carteles hechos por ellos, vestuarios armados a mano y sillas prestadas por el Centro de Jubilados Ferroviarios; el espíritu total y directo del teatro comunitario.
También prestadas fueron las historias que conformaron la obra y que fueron contadas por los habitantes del lugar. Una de ellas salió de la boca y el sentir de Lalo Marconi, uno de los actores que participó.
La labor de Lalo en "Los recuerdos..." fue preponderante por lo que significó su anécdota. El hombre fue el único daractense que vio, una madrugada de 1992, al último tren que pasó por esa localidad.


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